Laudo consideró que colapso de la obra no solo se debió a errores de diseño. Por ello obligó a Gisaico a pagar más de $6 mil millones.
Para el tribunal de arbitramento, un error en el diseño no fue la única circunstancia que provocó el desplome del puente Chirajara en enero de 2018.
Sin embargo, el laudo precisa que de todas formas había un problema en el diseño del puente basado en una prueba técnica pericial contratada por Gisaico, constructor de la obra, y que este no fue idóneo y no ofreció ni la resistencia ni la seguridad requeridas.
"Es decir, el desplome del puente se produjo no solamente por el error de diseño sino también por una desatención en algunos procesos constructivos que tuvo Gisaico y que tuvieron relación directa con el elemento del puente donde se produjo ese error de diseño", explica el gerente de Coviandes Alberto Mariño.
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El fallo advierte que no hay evidencia de problemas en la cimentación, ni certeza para concluir que había un asentamiento súbito en el suelo sobre el que estaba construida la pila B que se vino al suelo.
"Por el contrario, reconoce el tribunal, que la cimentación no solo no tuvo nada que ver, sino que quedó demostrado, con las pruebas técnicas aportadas al tribunal, que la cimentación era competente e idónea para resistir y para recibir las cargas del puente", añade Mariño.
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Por las fallas ya probadas, se condenó a Gisaico a pagarle a Con-Invial, concesionaría de la vía Bogotá – Villavicencio, más de 6 mil millones de pesos como indemnización por incumplir el contrato.