La estructura, que atraviesa la Ciénaga de la Virgen y conecta a Cartagena con Barranquilla, es ejemplo de cómo construir y ser amigable con el medio ambiente.
Atravesar el viaducto el Gran Manglar, que conecta a Cartagena con Barranquilla por la vía al mar, dicen los conductores, es como navegar en un carro sobre la Ciénaga de la Virgen.
El tránsito por esta vía permite, de lado y lado, apreciar la imponencia de las aguas de la ciénaga, la riqueza de la vegetación y las aves que habitan en el ecosistema de manglares. “Es excelente, es maravilloso ver el paisaje”, afirma el conductor Rafael Figueroa.
Ervin Vuelvas, otro conductor, asegura que el imponente viaducto también es propicio para tomarse “fotografías en familia” y “pasarla muy rico”.
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Mientras cientos de carros transitan por el viaducto, abajo, en la ciénaga, los pescadores de las comunidades aledañas realizan sin problema la faena.
Esta combinación entre desarrollo vial y conservación ambiental se logró gracias a la apuesta de los ingenieros, quienes adaptaron el proyecto a la naturaleza.
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“La intervención de la ciénaga era de cerca de 5.43 hectáreas y se pudo reducir a .28 hectáreas, el hecho del nuevo sistema constructivo, porque atacaba solamente en punto donde iban a ir hincados los pilotes”, dijo el ingeniero Henry Tarazona, especialista ambiental y social del proyecto.
La apuesta de conservación ambiental es sorprendente, pues se implementó energía solar y, en el terraplén, se utilizó asfalto con caucho reciclado, lo cual, según Tarazona, “evita el ruido para el anidaje de las aves”.
Los pilotes que sostienen el viaducto fueron prefabricados en un área seca y, posteriormente, los instalaron de arriba hacia abajo. Esto permitió que el proceso fuera menos invasivo con la ciénaga.
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El proyecto tiene un año funcionando, es referente mundial de protección ambiental y ya se ha ganado varios reconocimientos. Recibió el Premio Nacional Ambiental versión 2019 y el Premio Panamericano de Desarrollo Sostenible en el año 2018.
“En materia de infraestructura y medio ambiente, la obra del viaducto para Cartagena es un tema ejemplar”, afirmó Pedrito Pereira, alcalde (e) de Cartagena.
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Para el ambientalista cartagenero Rafael Vergara, está obra es un ejemplo para el mundo, que demuestra que no se debe escatimar en inversión cuando se trata de proteger el ecosistema.
“Es una obra de adaptación climática, la obra se adapta a la naturaleza, no la naturaleza a la obra, ese es su gran apuesta como infraestructura”, señaló.
Este proyecto vinculó la mano de obra de las cuatro comunidades afro aledañas, se adelantaron capacitaciones a pescadores y se realizaron estudios de sostenibilidad ambiental.
El viaducto El Gran Manglar no solo es amigable con el medio ambiente, sino que reduce los tiempos de ingreso y salida de Cartagena en un 50 %.
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