Como consecuencia de los fuertes aguaceros que azotan la región desde hace varios días, parte de una montaña se vino abajo.
Cientos de conductores y pasajeros, entre ellos varios niños, están varados en la vía. Algunos desde hace más de 30 horas, soportando no solo la inclemencia del tiempo sino la falta de alimentos.
El otro drama lo viven los transportadores de alimentos perecederos, que ya ven como éstos empiezan a deteriorarse.
La remoción de escombros se suspendió debido al alto riesgo que representa para los trabajadores permanecer en la zona del derrumbe, ante la inestabilidad de la montaña.
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Por ahora, las autoridades no pueden precisar cuándo se reabriría el paso.