No tienen seguridad social ni conocen qué son festivos o vacaciones. Al final de un día, al sol y al agua, vuelven con $25.000 a casa si tienen suerte.
Desde hace más de 50 años, los días de Ramiro Castro comienzan desde antes de que el sol aclare en el horizonte del campo boyacense. Aunque su lucha parece rutinaria, confirma que el trabajo es exigente y lleno de sacrificios.
"Nos toca diario trabajar de siete a cinco, seis de la tarde. Aquí no hay puentea festivos, ni sábados", explica.
Añade que, para ellos, el salario mínimo no existe.
Así como Ramiro, hay miles de campesinos que deben sobrevivir con un sueldo aproximado de 600 mil pesos mensuales.
"Seis cientos mil pesos se gana uno, pero si hay la oportunidad de trabajo al diario. Y si no hay trabajo al diario, le toca quedarse a uno en la casa. Pero esos 25 mil pesos no alcanzan para el sustento de la familia", recalca.
Muchos de estos labriegos no saben qué es la seguridad social, pues su salud, según ellos, depende de que Dios los siga cuidando.
Pese a más de diez horas de trabajo, estos hombres y mujeres no tienen lujos. Lo poco que ganan, dicen, va para el mercado de sus hogares.
"Estamos viviendo en la mala, nunca conocemos un viaje, qué es un paseo, nada de salir a disfrutar, de ir a una piscina, no conozco. Ni sé nadar", relata Alonso Paipa, otro labriego.
Vea aquí como empieza la discusión del salario mínimo en Colombia para 2020: