Recuerde que hay vida más allá de Semana Santa, así que no se exceda en sus gastos, haga cuentas y recuerde que las obligaciones económicas siguen.
Destine un presupuesto para su viaje y apéguese a él, tenga en cuenta lo que tiene disponible y lo que requiere gastar, pero haga cuentas por escrito, porque los cálculos de la mente a veces fallan.
Considere los beneficios de las cajas de compensación. Averigüe previamente si hay cupo en sus hoteles, los descuentos por pasar el día en sus balnearios o si las compras en sus supermercados pueden salirle más baratas.
Disfrute al máximo su descanso en familia. Más allá de lo que gaste, lo importante es sacarle jugo a la inversión, ya que su experiencia debe traerle algo de felicidad.