Tomates, lechuga, frutas y otras hortalizas que, con mucho esfuerzo cultivan campesinos de varios municipios, están parando en la basura.
No es simplemente una canasta, es el esfuerzo y sacrificio de meses de trabajo al sol y al agua con la esperanza de recoger, poder alimentarse y educar a sus hijos.
“La única fuente que nosotros teníamos en ingreso es la lechuga y desafortunadamente nos están recibiendo muy poquita, la otra que estamos haciendo la estamos arrancando y la estamos botando”, lamenta Euklides Gómez, agricultor afectado.
La pandemia los tiene arrinconados. La caída de las ventas, los bajos precios y el cierre de plazas de mercado los obligó a deshacerse de más de 5 toneladas de alimentos, quedándose paradójicamente sin qué echar a las ollas.
Publicidad
Más de 120 productores y labriegos piden ayudas urgentes al gobierno nacional, pues se endeudaron para sacar adelante la primera producción del año.
Mauricio Aguilar, gobernador de Santander, se comprometió en Noticias Caracol al acompañamiento a través de la Secretaría de Agricultura.