Jésica Bermúdez es una joven con síndrome de Down que creó, junto con su mamá, su propia empresa de joyas, donde le da vida a diseños únicos.
“Empecé a trabajar porque me gusta mucho y aprendo muchas cosas”, comenta.
Jesy, al ver las necesidades del hogar y ante la falta de empleo, sobre todo en esta época de pandemia del coronavirus COVID-19, decidió lanzarse por el camino del emprendimiento.
“Ahí tendremos nuestros productos, nuestros detalles”, señala.
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Es consciente que las personas con capacidades distintas suelen ser rechazadas, pero su caso, dice, debe ser un ejemplo social más de aceptación y respeto.
“Nosotros tenemos muchas cualidades, muchas experiencias también. Luchen, luchen por nosotros, porque somos ángeles de Dios”, afirma.
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Sin embargo, no todo ha sido color de rosa. La familia de Jesy ha atravesado por las dificultades de la pandemia, un cáncer en su madre y, en lo económico, el capital semilla.
“Necesitamos un apoyo para el emprendimiento, porque nos ha ayudado mucho y tocamos puertas”, manifiesta.
Adriana Rojas, la mamá de Jesy, sostiene que su hija ha sido la razón para superar el cáncer en dos ocasiones.
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“Por ello, es que ya hemos luchado y tocado muchas puertas. De verdad que ella es el motor de mi vida”, agrega.
Y como toda una empresaria, Jesy pone a prueba la calidad de su producto y demuestra que “es firme, no se cae, no se revienta, es fino”.
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Para esta población, emprender o conseguir trabajo es todo un reto, aunque el Gobierno de Colombia señala que para ellos hay una ruta laboral.
“Hemos diseñado la Bolsa Única de Empleo, una página accesible. El Gobierno Nacional tiene tal compromiso que, por primera vez, el servicio público de empleo de Colombia cuenta con una meta de colocación para esta población”, afirma Angie Velásquez, directora de la Unidad de Servicio Público de Empleo.
Mientras tanto, Jesy espera, como toda una empresaria, la reactivación de la economía para cumplir su sueño, el de crecer con su negocio y hasta aprender inglés.