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El rastro del talio, un veneno infalible conocido como el metal más tóxico del planeta, marcó la tragedia de una familia en Bogotá en dos episodios separados por cuatro años, lo que llevó a la Fiscalía a abrir una nueva línea de investigación. El más reciente ocurrió en abril de 2025, cuando dos niñas de 13 años murieron y otras dos personas resultaron gravemente intoxicadas tras consumir frambuesas con chocolate impregnadas con esta sustancia letal. El otro antecedente es la muerte de la madre de una de las menores, quien años antes también habría sufrido una intoxicación por talio.
Detrás del envío de este paquete envenenado, que llegó como un supuesto regalo a la casa de la familia, estaría la señora Zulma Guzmán Castro. La Fiscalía ha reunido pruebas que la señalan de estar detrás de los crímenes, y por este motivo, el 25 de octubre, el juez 13 de Control de Garantías de Bogotá libró una orden de captura y emitió una circular roja de Interpol para dar con su paradero.
El talio es un elemento particularmente peligroso porque es muy difícil de percibir su presencia, debido a que no tiene olor ni sabor. Además, posee propiedades que lo hacen muy afín al cuerpo humano: “El talio es muy liposoluble. Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”, explicó el toxicólogo Camilo Uribe en Los Informantes.
Debido a su alta toxicidad en el sistema nervioso, la venta y comercialización del talio está prohibida en Colombia desde el año 70. Salieron del mercado plaguicidas y otros productos a base de este metal.
La intoxicación por este metal es muy difícil de identificar oportunamente, pues sus síntomas son tan confusos que es probable que se confunda con los efectos de una intoxicación alimenticia. La primera fase de la intoxicación produce “un cuadro gastrointestinal, él irrita la mucosa gástrica y lo que va a producir es náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago y un cuadro gastrointestinal que generalmente llevaba a consultar a los servicios de urgencias. La segunda fase de la intoxicación es donde ya hay esa lesión neurológica, comenzaban a presentar, pérdida de fuerza en sus piernas, un dolor bastante difícil de controlar, progresivo y, si no se trata, pues va a llegar incluso a producir parálisis de los músculos y parálisis respiratoria”.
En el caso más grave, si la dosis es muy elevada o la lesión es fulminante, “el hígado pierde su función. Lo mismo el riñón, produce cardiotoxicidad. Y a dosis muy elevadas, pues va a producir arritmias cardíacas y fallas cardíacas severas que lo pueden llevar a la persona a la muerte”, relató.
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En la tragedia de abril de 2025, los niveles de talio en las víctimas fueron excepcionalmente altos. El toxicólogo Uribe reportó que: “Esas concentraciones de talio no las teníamos reportadas, son niveles supremamente elevados”. Los análisis mostraron que la concentración de talio era tan alta que “la máquina no fue capaz de detectar, es decir, estamos hablando de niveles por encima de 3.000. Son concentraciones letales”.
El rastro de la sustancia mortal hallado en abril de 2025 llevó a la Fiscalía a investigar un episodio anterior contra la misma familia. En diciembre de 2020, la madre de una de las niñas fallecidas ese año comenzó a presentar un grave deterioro de salud. Aunque había superado un cáncer de seno años atrás, los especialistas descartaron una recaída de la enfermedad.
La mujer consultó a varios médicos sin encontrar diagnóstico hasta que el endocrino e internista Julio Portocarrero dio con la posible causa. El médico recordó que la paciente tenía “entre otros síntomas, dos que son críticos cuando están juntos, que era una caída severa del pelo y una neuropatía periférica terriblemente dolorosa”. Ante el cuadro, el doctor Portocarrero le dijo: “Si esto no es una intoxicación por talio, yo no sé qué será”.
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Las pruebas de sangre y orina de talio resultaron positivas, registrando niveles de “80 y 90, claramente no dejaba ninguna duda”.
La mujer recibió el respectivo tratamiento y mejoró “significativamente”, hasta que durante un viaje tuvo una recaída porque “se le había reactivado un tumor que tenía previamente”. Murió el 17 de agosto de 2021 y fue cremada, por lo que hoy no pueden saber exactamente lo que le pasó.
“Con la certeza que puede hablar uno en Medicina, que nunca hay nuncas, ni siempre hay siempre, puedo decir que la probabilidad de que el talio haya sido la causa de ese tumor o de ese cáncer es cercana a cero”, dijo.
No obstante, el médico apuntó a un posible efecto indirecto del envenenamiento. “Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”, enfatizó.
En abril de 2025, esta misma sustancia fue impregnada en unas frambuesas con chocolate que llegaron como un supuesto regalo a la casa de una familia en Bogotá, desatando una tragedia: dos niñas de 13 años murieron, otra quedó gravemente enferma y el hermano de una de ellas permaneció hospitalizado durante varios meses, aunque logró sobrevivir.
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El foco de la investigación se centró en Zulma Guzmán Castro, la mujer señalada por la Fiscalía. El penalista Fabio Humar, abogado de la familia afectada, enfatizó que “aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”.
El abogado señaló que, aunque la relación extramatrimonial que Zulma Guzmán Castro sostuvo con el esposo de la mujer fallecida en 2021 y padre de una de las niñas víctimas fue “puntual” y “limitada en el tiempo”, la Fiscalía considera que, por la contundencia de las pruebas, fue suficiente para abrir una nueva línea de investigación en su contra.
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El apoderado de la familia de la otra niña fallecida, por su parte, cree que hay más de una persona implicada y ha solicitado a la Fiscalía llegar hasta las últimas consecuencias de la investigación. La contundencia de las pruebas que habría recuperado la Fiscalía señala a Zulma Guzmán Castro como la persona detrás del envenenamiento de las frambuesas, pero aún hay muchas preguntas sobre lo que pudo motivar semejante atrocidad.
*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.