Lo echaron de la casa a los 17 años, vivió en la portería de un edificio, vendió de todo. Un día su esposa le dijo que sabía hacer “ropita” y así nació la empresa.
Su camino en la vida comenzó cuando su papá lo echó de la casa a los 17 años. Dice que su padre era muy estricto y él le cuestionó todo.
Fue modelo de ropa en una época en que esto no era bien visto y así llegó a Bogotá. En la capital fue a dar a Los Andes y ansioso de estudiar le propuso al rector que le pagaba semanalmente su carrera. Y así fue.
Jean Claude Bessudo le dio un puesto en Aviatur. Algo que Hernández define como ‘la quijotada más grande’ pues él nunca ha sabido ser empleado.
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Así regresó a Medellín y una vez renunció a Aviatur tuvo una galería de arte, una marquetería y se asoció con sus hermanos para vender hamburguesas y postres.
Un día le preguntó a su esposa María Gloria Mejía qué negocio podían colocar y ella le dijo: “pues yo sé hacer ropita”. Ella había trabajado con Caribú.
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Así empezaron su primera marca, que se llamaba Rancho y producía de la talla 6 a la 16 que vendían en Almacenes Éxito.
Offcorss nació en 1979 cuando nació su primer hijo. No había ropa para bebés diferente a los “mamelucos que usaba todo el mundo”, por eso decidieron imprimirle más diseño.
Offcorss creció a la par que sus hijos. Hoy producen 7 millones de prendas al año.
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