Es uno de los protagonistas silenciosos de ‘Roma’, la película que este domingo puede hacer historia. Detrás de este peludo hay una historia de superación.
El director mexicano Alfonso Cuarón llevó a las pantallas la historia de su niñez, vista desde los ojos de su nana, una indígena oaxaqueña que fue su segunda madre.
Cuarón quería representar lo más fielmente que podía recordar su hogar y su familia por eso no dudó en incluir a un perro que representara aquel que lo acompañó fielmente en aquellos años.
Fue así como llegó Borras al cine.
Si bien muchos fanáticos del cine y la película pidieron una nominación de la Academia al perrito por su destacada actuación pocos sabían la triste historia de este animal.
Según relata la veterinaria Adriana Cruz Frias, fue encontrado por Manuel Montero y Leonardo Serrano. Los rescatistas aparecen en los créditos de la película como “los encargados del Borras”.
“Lo encontraron en la calle, amarrado con un alambre a una pared de un lote baldío a punto de morir de hambre y sed (…) presentaba pulgas, estaba desnutrido, casi en los huesos, tenía bronquitis que se agravó, infección en la piel por sarna, conjuntivitis y no retenía alimento alguno debido a las condiciones de abandono en las que se encontraba. Borras estuvo hospitalizado conmigo por casi un mes”, escribió.
Manuel y Adriana se conocían porque son entrenadores caninos. Precisamente por esta razón Montero fue llamado por parte de la producción de la película durante la búsqueda del perrito que Cuarón necesitaba.
“Después de algunos días de cuidados, Borras tenía un poco de ánimo para agarrar una pelota y empezaba a mover su cola a comer con más normalidad. Después de días de estar luchando contra los estragos del abandono empezó a confiar en las personas, ya se dejaba acariciar sin miedo y estaba listo para emprender el viaje hacia una nueva vida canina”, continúa narrando Adriana.
Fue en ese momento que Borras se convirtió en el elegido pues no solamente se asemejaba mucho al tipo de can que estaban buscando sino que tenía mucho ánimo en aprender.
“Tenía muchas ganas de vivir y una gran disposición a trabajar y era casi igual al perro que se buscaba para el casting, por lo que el señor Manuel decide empezar a adaptarlo a la vida cotidiana y a entrenarlo. Se le enseñó obediencia y le encantaba jugar con la pelota, acataba muy bien sus órdenes. Se sabe que en ocasiones se necesitan varios perritos para realizar escenas, pero Borras cumplía con todas las escenas siempre con mucho entusiasmo. Su entrenador Manuel me lo llevaba a revisión y a veces se quedaba conmigo en casa donde reforzaba con su pelota sus saltos, que iban a ser requeridos para los saltos que iba a realizar en el portón de la casa del filme”, explica la veterinaria.
“Cualquier perro tiene la oportunidad de tener una buena vida, no necesita ser de gran linaje solo necesita una oportunidad y sobre todo el trabajo de un entrenador profesional para ayudarlo a adaptarse y sobreponerse a los maltratos producidos por el abandono. Todos los perros merecen ser entrenados para que sepan cuál es su posición en nuestro mundo. Gracias Borras por dejarnos ser parte de tu historia”, indica la publicación.