Los elogios para el cuerpazo de Cindy Álvarez, la esposa del futbolista Matheus Uribe , llegan de todos lados y se quedan cortos para definirla. Algunos incluso la comparan con una diosa.
Ella, desde Portugal, habló con el programa La Red de Caracol TV sobre sus atributos y cómo llegó a conseguirlos.
“El cuento del ejercicio para mí ha sido de toda la vida, desde muy niña, muy inculcado por mi madre, pero hace 10 u 11 años soy muy dedicada con el tema del ejercicio, me gusta muchísimo, me esfuerzo demasiado, es como una terapia”, dijo.
En su cuerpo el esfuerzo se nota. Este es tan duro que al mismo Matheus Uribe le cuesta seguirle el paso.
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“Le digo que es muy flojo cuando entrena conmigo; corre todo un partido 13 kilómetros, el que más corre en su equipo, y cuando entrena conmigo es todo chillón, pero siempre me da la talla”, aseguró entre risas.
Ese esfuerzo por mantenerse en forma le permite darse ciertos gustos, como lucir sus atractivos.
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“Soy una mujer muy coqueta, me gusta mucho la sensualidad, la sexualidad, me gusta ser sexi, me da mucha rabia que una mujer salga desnuda, en vestido de baño, con una ombliguera, mostrando sus senos y los hombres se sientan con derecho de ser tan soeces, tan vulgares, tan dañinos, porque eso es violación”, señaló.
“La violación no solamente es un acto sexual, el tema de abusar de una mujer de esa manera, de aporrear su integridad, su dignidad; si no pueden con eso, chao”, aseveró con contundencia.
Y con la misma convicción con la que habló de temas a los que algunos se les esconden, se refirió a algo que muchos le preguntan: ¿Cuántas cirugías se ha hecho?
“Tengo muchísimas cirugías, me encantan”, respondió.
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¿Cuáles?
“Todas odian las cirugías hasta que tienen con qué hacérselas y estoy de acuerdo con que una mujer se haga una porque es una de las maneras con qué empezar a amarse y a cuidarse. Me hice los senos; por el tema de ser mamá no tenía los senos muy grandes; cuando tuve a mi hijo Esteban me hice el láser lipolisis (una liposucción asistida) y cuando estaba reina, a los 18 años, me hicieron raspado de tabique”, recordó, mientras se señalaba la nariz.
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¿Y la cola?
“Jajajajaaj. Esa queda en incógnita, todo el mundo vive con la incógnita, pero esa todavía no la voy a contar”, puntualizó.
Al final, les dejó un mensaje a sus detractores: “La mala vibra solo les queda a esas personas, a mí no me toca, no me hace nada, no me deprime, realmente me sube el ego el estar pendientes de mi vida. Les mando mucho amor, dejen de destilar tanto veneno”.