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La fama de Taylor Swift no solo ha traído millones de seguidores en el mundo, también ha expuesto a la cantante a situaciones de acoso que ponen en riesgo su tranquilidad y seguridad. En los últimos meses, la artista estadounidense se ha visto obligada a enfrentar a Brian Jason Wagner, un hombre cuya obsesión ha escalado hasta convertirse en una amenaza directa.
De acuerdo con documentos judiciales, Wagner habría intentado en repetidas ocasiones acercarse a Swift, incluso irrumpiendo en propiedades de la artista tanto en Los Ángeles como en Nueva York. En uno de los episodios más preocupantes, ocurrido en julio de 2024, la policía lo encontró portando una botella de vidrio mientras merodeaba cerca de la residencia de la cantante, lo que levantó sospechas sobre una posible intención de agresión.
El hostigamiento no se limitó a intentos de ingreso. También se presentaron cartas enviadas desde prisión y acciones que muestran una fijación creciente, como cambiar su dirección oficial para hacerla coincidir con la de la intérprete de Karma.
Swift aseguró ante las autoridades que teme por su seguridad y su vida, motivo por el cual ha reforzado la vigilancia tanto en sus residencias como en sus desplazamientos. La artista dejó claro que jamás ha tenido ningún vínculo personal con Wagner, desmintiendo la versión del acosador, quien afirma falsamente haber sostenido una relación sentimental con ella.
Con base en las pruebas presentadas, un juez emitió una orden de alejamiento que prohíbe a Wagner acercarse a la cantante, a sus viviendas, vehículos y lugares de trabajo. La medida también le impide portar armas o chalecos antibalas.
La orden llega en un momento de especial tensión, pues algunos medios estadounidenses reportan que Wagner se encuentra en paradero desconocido, lo que ha encendido las alarmas sobre un posible intento de reaparecer cerca de la artista.
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Este caso recuerda los riesgos a los que se enfrentan las figuras públicas frente a fanáticos que traspasan los límites de la admiración. Taylor Swift, en particular, ha lidiado en varias ocasiones con episodios similares que la han obligado a tomar medidas legales para proteger su privacidad y bienestar.
Mientras continúa con su carrera y los preparativos de nuevos proyectos, la artista se mantiene firme en la necesidad de que la justicia actúe con contundencia para frenar situaciones de acoso que, más allá del espectáculo, ponen en juego la seguridad de quienes están bajo el foco mediático.
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