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En la despedida del año, un ritual presente en la tradición es el de los siete granos, un elemento esencial en la mesa de Año Nuevo.
Este ritual, respaldado por la filosofía del Feng Shui, propone el uso de siete granos con el objetivo de atraer la prosperidad y alejar la escasez de alimentos.
Las semillas son consideradas símbolos de prosperidad y bienestar económico. Cada grano lleva consigo un significado espiritual único que, al combinarse, conforman los siete granos de la abundancia.
Esta creencia popular evoca la parábola del grano presente en la tradición cristiana. Según dicha historia, José, el predicador de sueños, salvó a Egipto de siete años de hambruna al recolectar durante siete años previos los granos y frutos que la tierra proporcionaba.
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Siguiendo esta creencia cristiana, la práctica de almacenar granos y espigas de maíz simboliza el llamado a la prosperidad.
La conexión con la historia bíblica refuerza la importancia de este acto, recordando que la previsión y la preparación son elementos fundamentales para afrontar los desafíos venideros.
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En este sentido, los siete granos en la mesa de Año Nuevo representan no solo la búsqueda de la abundancia, sino también la sabiduría de aprender de la historia para construir un futuro próspero.
¿Cómo se lleva a cabo el ritual de los siete granos de la abundancia?
Dentro de esta práctica se conservan una serie de granos específicos que cumplen funciones simbólicas relacionadas con la energía, la fertilidad, la prosperidad y el amor.
Para llevar a cabo este ritual debe reunir en el recipiente todos los granos en partes iguales, junto con hojas de laurel y algunas monedas o billetes, con el propósito de atraer la prosperidad y el dinero. De esta manera, también aprovecha la energía positiva de las festividades.
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Una vez que tenga su frasco, botella o plato preparado, ubíquelo en un lugar abierto que reciba las energías del hogar, como el centro de la mesa del comedor o la mesa de la cocina.
El recipiente debe permanecer en el mismo lugar hasta que renueve las semillas dentro de un año. Este acto simboliza la continuidad del ciclo y la renovación constante de las energías positivas en su vida.