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Diciembre es uno de los meses con mayor actividad de lluvias de estrellas, entre las más esperadas se encuentran las Gemínidas y las Úrsidas, consideradas las principales por su frecuencia y número de estrellas visibles por hora. De acuerdo con calendarios astronómicos, durante este mes se registrarán al menos nueve corrientes de estrellas, con picos de actividad distribuidos entre el 1 y el 26 de diciembre.
La observación de estrellas fugaces no requiere equipos especiales, pero sí una adecuada planificación. Los expertos de Star Walk recomiendan tener en cuenta tres factores básicos: la fecha exacta del máximo de cada lluvia, la fase de la Luna y las condiciones meteorológicas locales. Un cielo despejado y oscuro, alejado de la contaminación lumínica, aumenta considerablemente las probabilidades de éxito.
El punto más alto de la actividad astronómica de diciembre llegará entre la noche del 13 y la madrugada del 14 de diciembre de 2025, cerca de las 2 a.m. en Colombia, cuando se produzca el máximo de la lluvia de meteoros de las Gemínidas. Esta corriente es una de las más activas de todo el año y se caracteriza por su alta tasa horaria, que puede alcanzar hasta 150 meteoros por hora en condiciones ideales.
La actividad de las Gemínidas se extenderá del 4 al 17 de diciembre, aunque el pico se concentrará en el fin de semana del 13 y 14. El radiante, que es el punto del cielo desde donde parecen surgir las estrellas, se ubicará en la constelación de Géminis, visible tanto en el hemisferio norte como en el sur. Una de las principales ventajas de esta lluvia es que puede observarse desde las primeras horas de la noche, sin necesidad de esperar hasta la madrugada.
Las condiciones lunares serán favorables: la Luna estará iluminada en cerca de un 30%, lo que permitirá observar un buen número de meteoros, especialmente desde zonas con baja iluminación artificial. Por otro lado, en el hemisferio norte, la observación podrá iniciarse desde el anochecer, mientras que en el hemisferio sur se recomienda comenzar a partir de la medianoche.
Desde el punto de vista científico, las Gemínidas son una lluvia atípica. A diferencia de la mayoría de corrientes de meteoros, que suelen tener su origen en cometas, esta está asociada al asteroide 3200 Phaethon, descubierto en 1983 por la NASA. Estudios posteriores llevaron a reclasificarlo como un posible cometa extinto, capaz de desprender material rocoso que hoy origina los meteoros visibles desde la Tierra.
Otra de las lluvias importantes del mes será la de las Úrsidas, cuyo máximo se espera entre la noche del 21 y la madrugada del 22 de diciembre. Aunque su tasa de actividad es menor, alrededor de 10 meteoros por hora, en años excepcionales se han registrado estallidos de mayor intensidad.
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Las Úrsidas se encuentran activas entre el 16 y el 26 de diciembre y su radiante se localiza en la constelación de la Osa Menor. Esta lluvia es visible principalmente desde el hemisferio norte, donde el radiante es circumpolar, es decir, permanece sobre el horizonte durante toda la noche. En 2025, el máximo coincidirá con una fase de Luna casi nueva, con apenas 3% de iluminación, lo que generará condiciones óptimas para su observación.
Además de las dos corrientes principales, diciembre incluirá varias lluvias de menor intensidad. El 6 y 7 de diciembre se espera el pico del Complejo Puppid-Velid II, visible sobre todo en el hemisferio sur. Sin embargo, su observación estará limitada por la fuerte iluminación lunar, cercana al 93%.
Entre el 8 y 9 de diciembre se superpondrán dos corrientes: las Monocerótidas de diciembre y las Hídridas Sigma. Ambas presentan tasas bajas de actividad, entre 3 y 7 meteoros por hora, y estarán afectadas por una Luna iluminada en más del 70 %, lo que reducirá las posibilidades de observación, especialmente en zonas urbanas.
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A mitad de mes, entre el 15 y 16 de diciembre, se producirá el máximo de las Coma Berenícidas, y entre el 19 y 20 de diciembre el de las Leonis Minoridas de diciembre. Aunque se trata de lluvias débiles, en 2025 coincidirán con períodos cercanos a la Luna nueva, lo que favorece la visibilidad desde ambos hemisferios.
Por su ubicación geográfica, cerca de la línea ecuatorial, Colombia cuenta con condiciones privilegiadas para observar la lluvia de estrellas. El país tiene varios lugares reconocidos por su baja contaminación lumínica y su cielo despejado en esta época del año. Entre los destinos más recomendados se encuentran:
En las ciudades grandes, como Bogotá o Medellín, la observación puede ser más difícil debido a la contaminación lumínica. Sin embargo, alejarse unos cuantos kilómetros de las zonas urbanas, hacia miradores o municipios cercanos, mejora notablemente la experiencia.
Los astrónomos recomiendan observar las lluvias de meteoros sin el uso de telescopios ni binoculares, ya que estos instrumentos reducen el campo de visión. Lo más efectivo es recostarse en un lugar cómodo, dirigir la mirada hacia la zona más oscura del cielo y permitir que los ojos se adapten a la oscuridad durante al menos 20 minutos.
También se aconseja evitar el uso del teléfono móvil durante la observación, ya que la luz de la pantalla puede afectar la visión nocturna. En las noches con presencia de la Luna, es preferible ubicarse de espaldas a ella para minimizar su interferencia.
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En regiones rurales o alejadas de las grandes ciudades se incrementan notablemente las probabilidades de observar un mayor número de meteoros. En zonas urbanas, la contaminación lumínica limita la visibilidad principalmente a los meteoros más brillantes.
VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co