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Un equipo internacional liderado por el investigador español Víctor Almendros-Abad detectó que el planeta errante Cha 1107-7626 atraviesa un episodio de crecimiento acelerado que no tiene registro previo: cada segundo suma a su masa alrededor de 6.600 millones de toneladas de gas y polvo, lo que equivale a la mayor tasa de acreción registrada en un planeta.
El hallazgo, publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters y divulgado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), se produjo tras un seguimiento que combinó observaciones desde tierra y el espacio, utilizando el Very Large Telescope (VLT) en Chile y el Telescopio Espacial James Webb (JWST).
Cha 1107-7626 no orbita ninguna estrella. Se trata de lo que los astrónomos denominan un planeta errante o flotante, cuerpos que vagan de manera independiente por la galaxia sin estar ligados gravitacionalmente a un sol. El objeto fue identificado en 2008, pero solo en los últimos años se han podido registrar con claridad los procesos que atraviesa.
El planeta se encuentra en la constelación de Camaleón, a unos 620 años luz de la Tierra, y los análisis indican que tiene entre cinco y diez veces la masa de Júpiter, el mayor planeta de nuestro sistema solar. Pese a esa magnitud, su edad lo ubica todavía en una fase inicial de formación: se calcula que tiene entre 1 y 2 millones de años, una cifra muy baja en comparación con los 4.500 millones de años de la Tierra y el resto de los planetas del sistema solar.
Los astrónomos registraron que el planeta no mantiene una tasa de crecimiento uniforme. Durante los meses de abril y mayo de 2025 su acreción fue relativamente estable, pero entre junio y agosto el ritmo se multiplicó por ocho, alcanzando la cifra récord de 6.600 millones de toneladas por segundo. Hasta ahora, los estallidos de acreción de tal magnitud solo se habían visto en estrellas jóvenes. El hecho de que un planeta aislado experimente un fenómeno similar sugiere que los mecanismos de formación planetaria son más complejos de lo pensado.
"Lo que hemos detectado es el episodio de acreción más grande observado en un objeto de masa planetaria", explicó Almendros-Abad, quien desarrolla su trabajo en el Observatorio Astronómico de Palermo, del Instituto Nacional de Astrofísica en Italia. Las observaciones realizadas con el espectrógrafo X-shooter del VLT permitieron identificar emisiones características de gas ionizado y cambios en la química del disco de polvo que rodea al planeta. En particular, se detectó vapor de agua durante el incremento de acreción, un fenómeno que no estaba presente antes del estallido.
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Estos cambios sugieren que la actividad magnética juega un papel central en la forma en que el material del disco cae sobre el planeta. En términos astronómicos, se trata de un comportamiento vinculado con estrellas en crecimiento, lo que refuerza la hipótesis de que algunos planetas errantes podrían compartir un origen similar al de las estrellas.
Según Aleks Scholz, coautor del estudio y astrónomo de la Universidad de St. Andrews (Escocia), "este objeto probablemente se originó en el colapso y fragmentación de una nube molecular, un proceso similar al que da lugar a las estrellas". Una nube molecular es una estructura gigantesca de gas y polvo que puede extenderse por cientos de años luz. Bajo determinadas condiciones, la gravedad hace que algunas regiones se contraigan y formen cuerpos celestes.
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Y es que al comparar los nuevos datos con observaciones pasadas, los investigadores identificaron que Cha 1107-7626 ya había experimentado un aumento notable de acreción en 2016. La pregunta ahora es con qué frecuencia ocurren y qué papel cumplen en la formación de planetas errantes. "Necesitamos establecer cuánto contribuyen realmente al crecimiento total y qué desencadena estos brotes", indicó Scholz.
El material que rodea al planeta podría dar origen, además, a satélites naturales. Algunos astrónomos comparan este escenario con lo que ocurre alrededor de gigantes como Saturno. "Podrían formarse lunas con atmósferas y características diversas, tal como ocurre con Titán", señaló Jacco van Loon, director del Observatorio Keele en Inglaterra, quien no participó del estudio, pero comentó los resultados.
Con información de EFE
VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co