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Explotación minera y su impacto ambiental: "Los de ruana llevamos el arrume, nadie nos defiende"

La comunidad de San Francisco, en Cundinamarca, denuncia que la explotación minera le ha costado a la montaña sus recursos hídricos. Además, “la vegetación se acabó, el agua, todo lo que son animales se fueron, tienen que irse, tienen que buscar para dónde irse”.

Explotación minera y su impacto en la sequía de los cauces de agua

La explotación minera ha secado los cauces de agua en uno de los corredores forestales más significativos de San Francisco, en Cundinamarca. Este corredor, que ya ha sufrido los impactos de la minería, ahora se enfrenta a una tercera amenaza: una licencia minera que fue aprobada por las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), en 2019.

Por años, la frondosa capa vegetal de la montaña ha ido desapareciendo con las minas de materiales de construcción conocidas como La Suiza, en el límite con La Vega y el Cerro Cuadrado.

A unos pocos metros de la mina Cerro Cuadrado vive Narciso Sierra junto a su familia. Él asegura que los impactos de la minería han sido latentes. Incluso dijo que “son más de 40, 45 o 46 años de explotaciones en esta mina de Cerro Cuadrado, que aquí, justo detrás de nosotros, nacía y fluía la quebrada La Carbonera, que alimentaba aquí a estos terrenos. Ya no queda nada, solo queda el cauce”.

Según la comunidad, la explotación de este material, tan cotizado para la construcción, le ha costado a la montaña sus quebradas. El campesino José Próspero Gómez, quien reside a una vía de distancia de la mina La Suiza, se atreve a decir que “la vegetación se acabó, el agua, todo lo que son animales se fueron, tienen que irse, tienen que buscar para dónde irse”.

Los campesinos sienten que el Estado los quiere sacar de la región para impulsar la minería.

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Don Próspero comparte que “los de ruana y sombrero son los que llevamos el arrume, aquí nadie nos defiende, todo el mundo quiere atacarnos, sacarnos de acá de la región para continuar con vainas”.

Tres años después del otorgamiento del título, la Corporación Autónoma Regional concedió sobre ese terreno una tercera licencia ambiental para explotar materiales en casi 26 de las 1.001 hectáreas del título, eso corresponde al 53% del área protegida de reserva forestal declarada en 1995 por el Concejo Municipal de San Francisco.

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