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Centenares de exmilitares colombianos se han unido a un ejército paramilitar involucrado en una guerra civil en Sudán, África. Según Naciones Unidas, es la peor crisis humanitaria del planeta, en donde se han cometido toda clase de crímenes de guerra y ha dejado más de 12 millones de desplazados. Videos desconocidos, testimonios y documentos de los exmilitares en Sudán muestran la crueldad de una guerra en la que las víctimas civiles se cuentan por millones, y donde los colombianos hacen parte de uno de los bandos genocidas.
En la secuencia de video conocida por la Unidad Investigativa de Noticias Caracol, se ve a un grupo de exmilitares colombianos. Hacen parte de un contingente que ha llegado a Sudán a unirse a las filas de las Fuerzas de Apoyo Rápido o FAR, una facción paramilitar que desde hace dos años está en una guerra civil contra el régimen militar que gobierna a ese país, sobre todo en la región de Darfur.
En las grabaciones, se puede ver a un grupo de colombianos atrincherados, bajo intenso fuego enemigo, intentando rescatar a un compañero herido. "Cayó Pelusa, el Flaco quedó allá... no lo pudimos ver", se escucha decir a uno de los hombres mientras se reagrupan y hacen un conteo de bajas.
En el video se observa que dos hombres sostienen al colombiano herido que antes estaba tendido en el suelo, mientras se escuchan disparos a la distancia. "¿Entre quiénes nos van a ayudar a sacar? No dejemos botados a esos guevones", se escucha en el clip. Con un precario inglés, el exmilitar colombiano pide ayuda a varios integrantes paramilitares: "My friend, compa, two two two. Pa' que nos ayuden acá a apoyar a estos manes.. Vamos a ir replegando pa' sacar a este man...Ese es el problema".
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La disparidad de los bandos es evidente. Los mercenarios colombianos, con mejor equipo y uniformes, contrastan con sus aliados de las RSF, que combaten en chanclas y con turbantes en lugar de cascos. La intensidad del combate obliga al grupo a refugiarse en una casa. Uno de ellos, en medio del tiroteo, confiesa que ni siquiera en Ucrania vivió una situación tan crítica. "Tienen muy bien fortificada esa hijueputa", grita, frustrado por la solidez de las defensas enemigas.
La comunicación por radio revela la desesperación por repeler el ataque con lanzagranadas RPG y la esperanza de poder evacuar el sitio. El militar colombiano da instrucciones para atacar una edificación enemiga. "Por dónde es la salida.. Salieron los dos que están acá, los otros alcanzaron a morir, yo creo que allá abajo. Mi primero está herido y creo que Taylor está herido.. Él se quedó reforzándonos para salir, los demás murieron allá", se escucha.
Escenas de una guerra en África, que tiene como protagonistas a centenares de mercenarios colombianos, se repiten desde hace más dos años, cuando llegaron los primeros contingentes de exmilitares colombianos a Sudán, en donde se libra una guerra en la que se han cometido toda clase de atrocidades. Así lo explica Juan Pappier, subdirector de la división de las Américas de Human Rights Watch, organización que actualmente tiene investigadores en Sudán y en Emiratos Árabes.
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"El conflicto armado en Sudán lleva más de dos años, es una de las peores crisis humanitarias del siglo XXI. Las Fuerzas de Apoyo Rápido y las fuerzas armadas de Sudán han cometido atrocidades generalizadas, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual, saqueos. Nosotros hemos documentado en Human Rights Watch crímenes de guerra, limpieza étnica y hemos pedido que esto se investigue como un posible genocidio", dijo.
El drama de estos mercenarios se hizo público en el escenario internacional el pasado 3 de agosto, cuando un diplomático sudanés, Ammar Mahmoud, publicó un trino explosivo. Acusó a los Emiratos Árabes Unidos de "contratar mercenarios colombianos para asesinar civiles en Darfur". Un día después, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán reforzó la denuncia, afirmando tener "pruebas y documentación irrefutables" de la participación de colombianos financiados por Abu Dabi.
Estas "pruebas" son, en gran parte, fotografías y videos recuperados del teléfono de un exmilitar colombiano muerto, que fueron difundidos por el canal Al Jazeera. La tensión aumentó cuando la televisión estatal sudanesa anunció que un avión de los Emiratos, con 40 mercenarios colombianos a bordo, había sido derribado, aunque la información fue desmentida poco después. Ante este panorama, el presidente Gustavo Petro insistió en su propuesta de una ley que prohíba el mercenarismo, una muestra de que el problema no es nuevo, pero que ahora ha alcanzado una dimensión pública sin precedentes.
Aunque estos son los episodios más recientes, la realidad es que en Colombia el problema de los mercenarios en Sudán estalló desde noviembre de 2024, cuando se conocieron unas imágenes de documentos de colombianos muertos en combates en ese país. En ese momento, el entonces canciller gilberto murillo pidió la repatriación de los cuerpos: "Estamos en el proceso de que ojalá pudiéramos recuperar los cadáveres".
Sin embargo, esto no ocurrió. Militares que están en Sudán le aseguraron a Noticias Caracol que más de 20 cuerpos de militares que murieron en esos combates están guardados en neveras hace más de ocho meses. Detrás de esta historia de mercenarios colombianos hay un entramado de empresas legales y de reclutadores que ven los conflictos del mundo como un gran negocio.
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UNIDAD INVESTIGATIVA
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