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Un mono salvaje acostumbrado a robar comida en viviendas de la ciudad de Seri Kembangan, en Malasia, llevó sus fechorías a otro nivel: raptó a un perro con pocas semanas de nacido, lo que alertó a la comunidad que se unió para ir a su rescate, pero no fue una tarea fácil.
Lugareños lo avistaron tres días después de haber desaparecido con el cachorro en su poder. En medio de la persecución, le ofrecieron bananos en un intento por convencerlo de bajar de los árboles y así intentar quitarle a su rehén.
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Ante la negativa del mono, usaron una especie de petardos para aturdirlo y funcionó. El animal soltó al perrito que cayó en el follaje. Estaba con vida y fue auxiliado por los rescatistas, una de ellas Cherry Yee Lee, que terminó adoptándolo y poniéndole por nombre Saru, que en japonés significa 'mono'.
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El parte del veterinario fue tranquilizador: aunque tenía la cabeza hinchada y algunas lesiones leves, el cachorro estaba bien.
Son tantas las quejas sobre daños ocasionados por los monos salvajes, que el Gobierno de Malasia ha instaurado un programa de sacrificios masivos de estos animales.
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