El hombre recibió noticias de que su mascota dormía frente a un local en Tbilisi, Georgia. La reacción del animal al llamarlo por su nombre no tiene precio.
“Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar”, reza un proverbio japonés. Y eso fue, justamente, lo que hizo este abuelo cuya mascota se extravió hace tres años. Él jamás renunció a encontrarla y el día con el que soñó por fin se dio.
Una llamada telefónica alertó al dueño de “Georgy” sobre la presencia de un perro parecido al que él buscaba desde hacía tanto tiempo. Fue, como tantas veces, sin saber con qué se encontraría.
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Lo empezó a llamar, el animal se incorporó, se acercó con prudencia y, en cuestión de segundos, reconoció a su compañero del alma.
Gimió con toda su fuerza, dando rienda suelta a la emoción contenida durante su largo extravío.
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El anciano jamás perdió la esperanza, y su perro, tampoco su lealtad.
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