El cerdo salvaje estaba sometido y daba sus últimos suspiros, pero la visita inesperada arruinó el alimento.
Un guardabosques grabó cómo el depredador agarró por el cuello a su presa y logró cortarle la respiración al punto que parecía ser el final.
A la cena llegó una hiena que esperaba agarrar un trozo para ella. Se acercó lentamente y lo único que logró fue distraer al felino, momento que aprovechó el jabalí para contraatacar y, de paso, emprender la huida.
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La escena se presentó en el parque nacional Kruger, en Sudáfrica.