"¿Por qué no me saca lo que estoy enfocando?", dice una de ellas, que no entiende lo que pasa con el aparato.
El viaje a la basílica de Luján, en Buenos Aires, les sacó más canas a las dos mujeres que intentaban tener un registro de su visita.
La que sostiene el smartphone quiere una foto de lo que tiene en frente, pero en vez de eso ve solo su rostro y lo que hay detrás de ella.
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Resignadas tras un minuto de intentos fallidos deciden pedir ayuda a un grupo de jóvenes, quienes les explican que están tomando un video en vez de una foto.
Pese a esta ayuda, el verdadero problema era que habían activado la cámara frontal y no sabían como regresar a la cámara trasera.
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El video ha sido visto más de un millón de veces en menos de 24 horas de publicado.