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“Es lo único que tenemos, somos los dos solitos”, decía ella en el video. La súplica no solo conmovió, sino que permitió un final feliz.
Dos jóvenes tocaron a la puerta de esta pareja octogenaria con la intención, supuestamente, de venderles bolsas de basura. El hombre se negó a comprar, pero como gesto de buena voluntad les dio unas monedas.
Uno de los supuestos vendedores le pidió un vaso de agua, a lo que el anciano accedió. Fue hasta la cocina a servirlo y cuando salió “ya me había robado la perrita”, dice en un video.
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Al borde de las lágrimas, la mujer pedía que por favor le devuelvan su perrita Mara, una caniche toy de 4 años.
Su desesperación porque le devuelvan a su compañera la llevó a ofrecer su jubilación, afirmando que es “lo único que tenemos, somos los dos solitos y ella, nada más”.
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Pero las angustia para dona Ana y don Eduardo acabó pronto.
Las súplicas al cielo y su conmovedor video sirvieron para hallar a Mara, que estaba a unas 50 cuadras de su casa.
El encuentro dejó otro video, pero esta vez con un final mucho mejor para la pareja y su hijo canino.
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Afortunadamente doña Ana podrá seguir disfrutando de su mesada, de su querido esposo Eduardo y de su compañera peluda.
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