¡Es mío! ¡No te lo puedes comer! ¡Esto no es para ti! Bastaron tan solo un par de frases del joven Felipe Vilaca Chibante, para llamar la atención de su perro que, como otras mascotas, suele desconocer las órdenes cuando no las entiende, por ejemplo, tomarse sus medicinas.
Vilaca descubrió, a través de la psicología inversa, cómo inclinar la balanza a su favor.
El joven sacó el medicamento de la caja y le dijo a su perro que ni se le ocurriera acercase a probarlo; en efecto, el animal cayó en la trampa. Llegó a donde estaba Felipe, trepó sus patas delanteras en la pierna de su amo e intentó alcanzar lo que tenía en la mano.
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De forma estratégica, Vilaca dejó caer la cápsula y, en un abrir y cerrar de ojos, el perro se la había tragado. ¡El plan perfecto!
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El video suma medio millón de reproducciones en Youtube. Sin duda, una idea brillante. Vale igual preguntarse qué pensará César Millán de este método.