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Cuando Rebecca Turner vio por primera vez una mancha clara en su pecho, a finales de 2021, no le prestó mucha atención, pues según le contó a The Sun, pensó que podría ser relacionado con una irritación o una reacción alérgica. Junto a esa área también apareció un pequeño bulto, que tampoco le pareció relevante y por eso se limitó a observarlo sin pensr que pudiera tratarse de algo más grave. Sin embargo, la apariencia de la mancha empezó a transformarse.
Según explicó, pasó de ser pálida a oscurecerse y mostrar algunas variaciones de color y así mismo comenzó a picarle, siendo los cambios que llamaron su atención. La mujer en ese momento pospuso consultar con un médico, pues estaba convencida de que no era más que un extraño lunar o un problema dermatológico menor. Fue en junio de 2022 cuando recibió la noticia que cambiaría su vida: tenía melanoma en etapa dos.
La lesión no era un lunar típico ni presentaba la apariencia más común de este tipo de cáncer; sin embargo el diagnóstico fue un melanoma nodular, un subtipo menos común pero de crecimiento rápido. Turner, residente de Barry, en Gales del Sur, recuerda que la lesión inicial medía aproximadamente 2,5 centímetros, con un bulto de alrededor de un centímetro.
"Estaba devastada. Tan pronto como escuché la palabra cáncer, pensé que iba a morir; pensé que iba a ser el final. Ese fin de semana fue horrible. Pasé la mayor parte del fin de semana llorando, tratando de ocultar mi angustia a mi hija adulta. Intentaba asegurarme de que no se pusiera demasiado ansiosa y le decía que lo habían detectado a tiempo, que todo estaría bien, pero yo lloraba constantemente a solas", indicó la mujer a The Sun.
Tras las intervenciones iniciales, los especialistas decidieron colocarla bajo un régimen de vigilancia. Este seguimiento incluía estudios de imagen cada tres meses, entre ellos tomografías computarizadas de cuerpo completo, además de exámenes regulares de piel para identificar cualquier cambio nuevo.
A comienzos de 2025, una tomografía mostró una anomalía en su pulmón derecho, fue cuando los médicos consideraron que podía tratarse de una metástasis, pero era necesario observarla durante un tiempo para determinar su comportamiento. Cuando se compararon las imágenes meses después, encontraron que el bulto había crecido hasta triplicar su tamaño. En julio de ese año, confirmaron el diagnóstico: melanoma en etapa cuatro con compromiso pulmonar.
En octubre, se le retiró la masa detectada junto a una parte de su pulmón y actualmente recibe tratamiento de inmunoterapia como parte del manejo posterior a la resección. Turner señala que durante años subestimó la gravedad del melanoma y considera que muchas personas piensan que es un cáncer que se resuelve simplemente extirpando la lesión visible, sin tener en cuenta su capacidad para propagarse.
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"Creo que mucha gente no entiende el melanoma, simplemente piensan que es un caso de que lo extirpan y desaparece, cuando ese no es el caso en absoluto. Soy parte de un grupo de apoyo para el melanoma y a todos nos han dicho cosas como: 'Si fuera a tener cáncer, el melanoma sería el que querría porque simplemente lo extirpas y listo'. Pero no es así. Ningún cáncer es simplemente algo que se extirpa y se acaba. No es que la gente piense esto por malicia; creo que es por falta de conciencia y educación", expresó.
Además, acotó que sus médicos le indicaron que la falta de protección solar en su infancia pudo contribuir al desarrollo del cáncer. Explica que, aunque usaba protector solar en su vida adulta, solía aplicarse factores menores a los recomendados actualmente para una protección adecuada. También recuerda haber utilizado camas de bronceado de manera ocasional durante su juventud, una práctica que hoy desaconseja.
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VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co