Que un animal esté bajo efectos de alucinógenos parece divertido únicamente en películas. La mascota de esta historia enfermó gravemente.
Billy, un cruce de spaniel y bichón frisé, fue a dar un paseo en un parque de Lancashire, Reino Unido, en compañía de su dueña. Como la mayoría de los perros, sintió curiosidad al hallar una galleta y se la comió, con tan mala suerte que contenía cannabis.
Los efectos no eran para menos: los ojos del animalito se tornaron rojos y no podía mantenerse firme, se balanceaba en estado de mareo. La condición fue grabada por la dueña.
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Al acudir a urgencias veterinarias, Billy no tenía control de esfínteres, temblaba y su ritmo cardiaco había disminuido preocupantemente.
“Fue muy aterrador ver los efectos del cannabis en Billy”, señaló la dueña del animal, que pasó internado toda la noche tras recibir una inyección que le indujo el vómito.
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La recomendación que dio fue no descuidar a los animales, en especial si ingieren algo de la calle, y llevarlos al médico ante cualquier alarma.