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Todo era fiesta en la sala de parto para el personal de salud que grababa con sus celulares el alumbramiento, en medio del sufrimiento de la mujer embarazada.
La euforia de médicos y enfermeras del hospital Roosevelt, en Ciudad de Guatemala, contrastaba con la intimidad invadida de la futura madre, en cuyo rostro se veía el duro momento por el que atravesaba.
La escena, captada en video y publicada en las redes sociales, corrió como pólvora. Contrario a lo que imaginaron los trabajadores hospitalarios, la mayoría de los usuarios criticó duramente su actuación.
Un espectáculo bochornoso, se leía en varios comentarios.
Y es que se trataba del primer bebé que nacía en Guatemala en el 2019. Parecía que todo estaba planeado: la cuenta regresiva, los gritos, los festejos, los gorros de fiesta y las cámaras de los celulares en modo “grabar”.
Se ha llegado a insinuar que los médicos contuvieron al bebé en el canal de parto hasta que el reloj marcó las 12 y, ahí sí, permitieron que el cuerpo asomara.
Podría tratarse de un caso de violencia obstétrica, resumido en trato cruel, inhumano y degradante y que algunos países lo tienen tipificado como delito.
En medio de la controversia, hay que decir que el primer bebé de 2019 en Guatemala es una niña que nació saludable.
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