
En Los Informantes hoy, como todos los domingos, vea tres grandes historias: dolorosos relatos de madres que denuncian que sus hijos fueron víctimas de abusos por parte del profesor Freddy Castellanos en un jardín infantil del sur de Bogotá; el testimonio de uno de los sobrevivientes de la masacre en el bar Oporto, ocurrida en 1990 en Medellín, y la curiosa vida de las trillizas Vásquez que, además de ser idénticas, comparten una misma pasión: el fútbol.
A lo niños hay que creerles
En Colombia, al día 92 niños son víctimas de abuso sexual, una cifra estremecedora y preocupante a la que hay que ponerle el ojo. Los expertos enfatizan que estas situaciones, que deben ser altamente rechazadas, generan graves secuelas en los menores y su entorno, pero subrayan un mensaje clave: a lo niños hay que creerles cuando denuncien estos casos.
En diálogo con Los Informantes, las madres de dos menores de 3 años que señalaron al profesor Freddy Castellanos de abusarlos relataron cómo se enteraron de repudiables hechos. Tras sus denuncias, se conoció que eran más de 10 los menores que habrían sido víctimas de vejámenes en el jardín infantil Hogar Canadá.
"Yo siento que fallé, a pesar de haber hablado a tiempo, siento que fallé porque no estaba ahí", comentó Margie Espinel, madre de uno de los pequeños, en Los Informantes.
Masacre de Oporto
En 1990, mientras Colombia enfrentaba una convulsa época por cuenta de la guerra contra el narcotráfico, un crimen estremeció Medellín: en la masacre del bar Oporto, 25 personas fueron asesinadas.
Publicidad
El horror de la noche del sábado 23 de junio lo vivió en carne propia Camilo Andrés Jaramillo, uno de los tres únicos sobrevivientes del ataque perpetrado por sujetos encapuchados, armados con fusiles y que parecían entrenados militarmente. “Entre un disparo y el siguiente yo sentía como si pasara una hora, yo pensaba como ‘estoy vivo, ese no fue’”, relató en Los Informantes.
Las trillizas Vásquez
El destino de las trillizas Vásquez comenzó en el mismo vientre de su mamá. Venían juntas en la misma bolsa amniótica, un fenómeno tan extraño como la determinación que han tenido estas tres hermanas idénticas para dedicarse a su gran pasión, el fútbol.
Nacieron en Pensilvania, un pueblito de Caldas, y, para cumplir sus labores en una de las posiciones más difíciles en la cancha, se capacitan constantemente. Sueñan con pitar un partido FIFA internacional las tres juntas.
Publicidad
Camila, Isabel y Manuela Vásquez no solo son idénticas por fuera, sino que tienen la misma determinación por dentro. Conózcalas en Los Informantes.