La realidad de la prostitución en Cartagena: una problemática que se salió de las manos

No importa si es de noche o de día, si son niños o si son niñas, el negocio de la prostitución en Cartagena se salió de las manos. La ciudad está esclavizada por el sexo fácil, las drogas, las calles llenas de burdeles y casas de citas sin Dios ni ley. Los Informantes descubrió el manto sordo que cubre a Cartagena, recorrió las miserias del Centro Histórico que ahora se conoce tristemente como el distrito rojo de Colombia.Cuando comienza la noche en Cartagena, en la Torre del Reloj, la ciudad se va volviendo opaca, amarillenta y esa es ahora cerca de las 7:00 de la noche cuando empiezan a llegar mujeres jóvenes, con pintas apretadas, blusita sin manga, carteras de tiras largas, maquillajes recién hechos, el pelo acomodado y solo tienen que pararse en alguna de estas plazas y ya. Una de ellas se pasea por la Plaza de los Coches y un hombre joven aparentemente extranjero se le acerca, cruzan un par de palabras, tienen poquitos años, no pasen de los 25 estas mujeres que negocian su cuerpo por un fajo de dólares; están a la vista de todo el mundo.“Creemos que puede haber cerca de 3 mil mujeres simultáneamente dedicadas a la prostitución en la ciudad, no son las mismas tres mil porque las redes de trata las mueven, entonces aquí tenemos muchas mujeres paisas de Medellín, de Armenia, de Pereira, tenemos mujeres venezolanas, muchísimas mujeres venezolanas indocumentadas y algunas con documentos. La gran mayoría de las personas que ejercen la prostitución tuvieron alguna situación de abuso sexual durante la infancia”, Ana María González es la secretaria del interior de Cartagena, lleva meses tratando de descifrar y poner en cintura este mercado de prostitutas que ha venido etiquetando a la ciudad como la capital del sexo, del abuso y de la droga.“Cuando nosotros encontramos en visita chatarrería, en visitas establecimiento, en cualquier situación, riesgo de trata abrimos otro de los formularios que les mostré y se documenta también. Hay un grupo muy fácil de identificar que son hombres que viajan solos y este es uno de los nichos que tiene que ver con explotación sexual y con turismo sexual”.