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Virginia Vallejo, la recordada presentadora de la televisión colombiana, hoy exiliada en Miami, reveló detalles inéditos de su romance de cinco años con el narcotraficante Pablo Escobar, incluyendo detalles de su vida íntima.
La vida de Virginia Vallejo parece sacada de una película. Sus orígenes, su trabajo en televisión, el modelaje y la fama precedieron al capítulo que la marcó para siempre: haber sido la amante del capo del Cartel de Medellín. La presentadora se convirtió en la protagonista de su propio libro ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’, donde aborda esta relación intrigante.
El equipo de Los Informantes pasó una tarde con Virginia Vallejo en su pequeño apartamento en Miami. Allí, la recordada presentadora habló de su vida, su carrera, su familia y de los años que compartió con Pablo Escobar. A sus 76 años, sin rastro de arrepentimiento, revivió los episodios que marcaron su historia. “Jamás me arrepiento de haber amado a un hombre. Jamás. Ni de mis maridos que fueron espantosos, ni de Pablo que se volvió un monstruo, ni de todos los hombres que dejé por x o y razón”, dijo con firmeza.
La relación entre Vallejo y Escobar inició en 1982, y se extendió durante cinco intensos años. Vallejo dejó en claro que “yo no conquisté a Pablo, es que Pablo me conquistó a mí".
Los hechos ocurrieron cuando Virginia Vallejo llegó a la famosa Hacienda Nápoles junto a su novio de entonces, Aníbal Turbay, sobrino del presidente Julio César Turbay. Habían ido a conocer el zoológico, pero durante un paseo al río, un torbellino la arrastró y fue Pablo Escobar quien, aseguró, le salvó la vida. “Me cogió un remolino y me iba, pensé que me iba a morir". Fue allí donde Escobar intervino, salvándole la vida. Seis meses después de este incidente, comenzó la relación.
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“Yo sabía que él estaba casado. Acordamos que la relación iba a ser completamente secreta. Siempre nos veíamos solos. Normalmente en Nápoles, en su apartamento, un apartamento penthouse que tenían un edificio pequeño”, confesó.
Además, Vallejo admitió que sabía que él era el "rey de la coca", pero esa información no le importó. Y afirmó que no le importaba “de dónde sale su plata, sino lo que hace con eso y, además, sus planes de sacar dizque a esa ciudad (Medellín) de la pobreza”. La seducción del capo se basó en una serie de gestos extremos. Además de salvarle la vida, Escobar anuló inmediatamente una deuda que tenía Vallejo.
El golpe de gracia para conquistarla llegó cuando Vallejo le confesó a Escobar que estaba separada de su segundo esposo, el productor argentino David Stivel, quien se negaba a firmar el divorcio.. "Pablo me dice: ‘El viernes tú vas a estar divorciada y vas a estar cenando conmigo nuevamente’", recordó. Ese mismo día, Vallejo escuchó un inusual alboroto en su edificio, ya que querían subir mil orquídeas por las escaleras porque no cabían en el ascensor. Poco después, Stivel cedió a la presión. Escobar lo había amenazado, y el divorcio se concretó.
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“¿Te parece una maricadita todo lo que te estoy contando de Pablo? Me salva la vida, anula las deudas, manda mil orquídeas, me divorcia de un desgraciado”, relató Vallejo al explicar cómo Escobar logró enamorarla.
Además, agregó que también la conquistó con "palabras dulzonas y cursis", afirmando que durante la relación, Pablo le dijo las “siete palabras más bellas que me ha dicho un hombre: ‘Tú vas a ser mi Manuelita’”.
Virginia Vallejo, quien destruyó todas las fotos y recuerdos que tenía de Pablo Escobar, mantiene firme su postura en que no se arrepiente de haber tenido una relación con el capo.
"Yo soy muy coherente y soy muy consecuente...yo jamás me arrepiento de haber amado a un hombre”, afirmó. Sin embargo, ese amor se ha transformado: “Hoy en día siento por Pablo un profundo odio, pero no me arrepiento de haberlo tenido”.
Asimismo, insistió en que cómo fue la relación: “Yo nunca fui la amante de Pablo Escobar (…) Fui una de las amantes y él fue uno de mis amantes. Tuvimos una relación en los mismos términos de iguales”, subrayó.
Entre los detalles poco conocidos, Virginia Vallejo también habló sobre los vicios de Pablo Escobar. Según ella, con el paso del tiempo, el narcotraficante desarrolló una adicción muy distinta a la droga que comercializó. “Con el tiempo, Pablo sí se volvió adicto a la marihuana”, confesó.
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Vallejo aclaró que el consumo de otras sustancias no era habitual en él. En cuanto al alcohol, precisó que “el trago no le importaba mucho” y que solo en contadas ocasiones lo veía “tomando una cerveza o algo así”.
Y agregó, que por su parte, nunca se involucró en el consumo habitual de drogas. Confesó haber probado cocaína una vez y rehusó seguir: "Dije, eso no es para mí, eso es terrible".
A pesar de no lamentar haber amado a Escobar, Vallejo confiesa dos grandes arrepentimientos en su vida. El primero es no haber aprendido a conducir: "Me arrepiento y me arrepentiré toda la vida de no haber aprendido a manejar un carro, eso sí es una vergüenza".
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El segundo arrepentimiento se relaciona directamente con el capo, y se refiere a no haber aprovechado la inmensa fortuna que él le ofreció. Vallejo recuerda que Escobar le decía: "Pídeme lo que quieras, pídeme lo que quieras". Su respuesta, que hoy lamenta, fue: "No quiero nada, Pablo, de bruta".
Aunque se lamenta de no haber aprovechado eso, Vallejo asegura que el lujo material nunca fue su motivación. Actualmente, aseguró que "no me interesan las mansiones, ni los palacios, ni las joyas", sino su libertad de “poder pagar mi arriendo, poder vivir dignamente, tener mi propio espacio, mi tiempo, mis horas, mi libertad".
Hoy, Virginia Vallejo vive en soledad, acostumbrada a ello desde hace tiempo. Sus lazos familiares se rompieron hace 50 años. La presentadora no quiso tener hijos porque pensaba que la maternidad la ataría, y quería "ser libre" para enfocarse en su carrera.
El 18 de julio del 2006, Virginia Vallejo salió de Colombia en un avión de la DEA, del gobierno de los Estados Unidos, a donde llegó como testigo protegido por haber declarado contra las mafias, los carteles y los vínculos entre la política y los narcos y no tiene ninguna intención de regresar.
Ella dejó en claro que no tiene ninguna intención de regresar a su país natal: "Nunca volveré a Colombia jamás...No extrañó nada”, enfatizó.
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Ha tenido algunos quebrantos de salud, tuvo un derrame cerebral y ahora sufre sobre todo con sus ojos que ya no ven como antes, pues estuvo a punto de quedarse ciega.
Actualmente, Virginia Vallejo dedica su tiempo a la escritura. Su nuevo proyecto literario es una trilogía ambientada en un país ficticio llamado Candelaria, inspirado en Colombia. “Yo digo que es mi propio Macondo”, explicó. Se trata de una obra de ficción con claros tintes autobiográficos.