Después de estar siete años extraditado en Estados Unidos, junto a los peces más gordos del paramilitarismo, Nodier Giraldo volvió a cantar.
Hoy canta libre bajo el sol, del otro lado del mar. Pero, su viaje al sueño americano comenzó en una celda de Barranquilla, cuando un guardia lo despertó a medianoche y el Gobierno de Álvaro Uribe lo extraditó, en menos de lo que canta un gallo, junto a su tío, el patrón de la Sierra Nevada y otros doce apóstoles del paramilitarismo que se habían entregad en el famoso proceso de Ralito.
En esos 7 años, que estuvo extraditado frente otro hombre de finanzas, pero de las Farc, entendió lo equivocados que estuvieron todos al escoger las armas por encima de la vida.
Pero, fue en una cárcel colombiana cuando regresó a seguir pagando sus penas, donde descubrió su nueva vocación como cantante de música popular, durante un concurso musical.