Durante años, científicos de la Armada Nacional y un grupo de abogados se sumergieron en las aguas del inmenso mar Caribe para sustentar la defensa que hizo Colombia ante la Corte Internacional de La Haya de las demandas que hacía Nicaragua para extender su territorio sobre el nuestro. Los Informantes buceo bajo las aguas de Quitasueño y encontró el secreto mejor guardado de Colombia.
Como si fuera un gol inolvidable de nuestra Selección, el veredicto a favor de Colombia en La Haya hizo brincar de alegría a los hombres y mujeres de la Armada que ganaron su propio partido en el mar Caribe. Es que no era para menos, durante casi 15 años estos incansables guardianes del mar recopilaron evidencia que dejaron en claro que las reclamaciones de Nicaragua eran pura fantasía. “La tesis de Nicaragua era que ellos podían entrar hasta 150 millas de Cartagena, es una pretensión tan excesiva como no hay ninguno otro lugar del mundo”. El capitán Hermann León, tras 15 años de navegación incansable, exploró minuciosamente el mar Caribe colombiano en busca de pruebas que desacreditaran los intentos de Nicaragua por arrebatarle aguas a Colombia. “Esta nueva tesis le podía haber dado posibilidades a todos los Estados de pedir extender su plataforma hasta 350 millas o hasta el borde externo del margen continental”.
El respaldo a Colombia contra Nicaragua frenó incluso posibles conflictos entre otros países que estaban atentos al fallo, según Julio Londoño, uno de los colombianos más destacados en asuntos internacionales esta sentencia se convirtió en un faro de esperanza para mantener a raya tales pretensiones. “En todas partes hay pleitos de esas características, el precedente generó un hito en el derecho internacional público en el Derecho del Mar”. Ese triunfo colombiano fue el resultado de una estrategia secreta tejida con cuidado durante 15 años que comenzó cuando Nicaragua amenazó con apoderarse del archipiélago de San Andrés y Providencia.
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Julio Londoño que también es un intrépido aventurero recordó su exploración por los cayos del archipiélago y concluyó que una pequeña isla podía ser capaz de frenar los deseos expansionistas del país centroamericano. “Varias veces llegué a Quitasueño, es un arrecife muy largo y me di cuenta de que había rocas que emergir, cuando estábamos en el pleito con Nicaragua le dije a la Armada ‘mire, yo estoy seguro de que en Quitasueño emergen algunas rocas, deben emerger. Entonces hagan el esfuerzo”. Según el derecho internacional, una roca que sobresalga sobre el nivel del mar de manera permanente se considera una isla, la responsabilidad de encontrarla recayó en el capitán León y su equipo que son más científicos que marineros, pero dejaron el laboratorio para ponerse a navegar.
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“En el año 2008, el canciller Julio Londoño ordenó una misión para la Armada Nacional y era encontrar las pruebas de la existencia de una isla en Quitasueño que pudiera sostener en los derechos de Colombia a una zona económica exclusiva, al mar territorial, a la plataforma continental de Colombia en esa área del archipiélago”. En un mundo donde todo parecía explorado, la misión se tornó desafiante, encontrar una isla. Este hallazgo crearía un espacio marítimo que le otorgaría Colombia 6.000 kilómetros cuadrados de mar territorial poniendo así un alto al afán expansivo de Nicaragua.