Estos reptiles, así como las palomas y otras aves menores, han entrado al menú de los venezolanos como fuente de proteína.
Quienes en Zulia no pueden pagar por una iguana congelada, la cazan. Salen muy temprano a buscar al escurridizo animal en matorrales y árboles grandes.
El animal es hervido, el caldo se aprovecha como consomé y el resto queda para el guiso.
La iguana guisada con coco y otros ingredientes ha sido un plato tradicional de la etnia wayú, que habita en esta zona del continente, a lado y lado de la frontera.
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