“¿Cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su inicio?”, afirmó al condenar esta práctica.
Francisco reflexionó sobre el quinto mandamiento, "no matarás", durante su catequesis en la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.
Condenó la "supresión de la vida humana en el seno materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos".
Y agregó: “¿es justo suprimir una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema? ¡No, no se puede!”.
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Criticó "que los padres, en estos casos dramáticos, necesitan una verdadera cercanía, de verdadera solidaridad, para afrontar la realidad superando los comprensibles miedos y que, sin embargo, lo que reciben son rápidos consejos para interrumpir el embarazo".
"Un niño enfermo, como cualquier persona necesitada y vulnerable, más que un problema es un don de Dios, que nos puede sacar de nuestro egoísmo y hacernos crecer en el amor", dijo.
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Aseveró además "todo el mal del mundo, desde las guerras a la cultura del descarte, se podría resumir como un desprecio a la vida" y que toda violencia y daño contra la vida provienen del miedo".
Sobre por qué el hombre "rechaza la vida", el pontífice argentino afirmó que se tienen ídolos como "el dinero, el poder y el éxito", que son "parámetros equivocados para valorar la vida".