Terry McKircky trabajaba como niñera en 1984. Tenía 22 años y fue acusada por sacudir violentamente a un bebé de cinco meses al que cuidaba, Benjamin Dowling. Su castigo por causarla lesiones cerebrales fue ir a prisión todos los fines de semana durante tres meses, sumado a tres años de libertad condicional.
El menor que tenía a su cargo creció con esas deficiencias y falleció cuando era ya un adulto, en 2019. Sin embargo, el caso fue reabierto y un jurado de Florida la acusó de asesinato en primer grado y maltrato infantil agravado. Según los forenses, las lesiones que le causó la niñera al bebé en el año 84 habían desencadenado en su muerte.
“El paso del tiempo entre las lesiones y la muerte de la víctima fue tenido en cuenta por los expertos forenses quienes llevaron a cabo la autopsia y resolvieron que la muerte fue directamente causada por las lesiones", expresó la Fiscalía.
Durante su vida, “Benjamin nunca gateó, no se volteaba completamente, nunca habló, nunca se alimentó por sí mismo, nunca disfrutó de una hamburguesa o un helado, él nunca pudo decirnos si tenía picazón o algo le dolía", lamentó su familia.
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Terry McKircky, la niñera que le provocó graves lesiones y dependencia de por vida al pequeño que cuidaba hace más de 30 años, podría enfrentarse a cadena perpetua.