Al menos 40 personas murieron el sábado en Irak en varios ataques, incluido un atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Bagdad, el más sangriento en la capital iraquí desde hace tres meses.
Los ataques se produjeron mientras las fuerzas iraquíes se preparan para lanzar una ofensiva para recuperar Mosul, en manos de los yihadistas del EI, situada en el norte del país.
En Bagdad, un kamikaze se inmoló en el gran barrio chiita de Al Shaab, en el norte de la ciudad, y mató a al menos 34 personas e hirió a otras 36, según fuentes médicas y de los servicios de seguridad.
En un comunicado publicado por su agencia de propaganda Amaq, el grupo radical sunita reivindicó el atentado. El EI considera "herejes" a los chiitas, mayoritarios en Irak, y lanza frecuentes ataques contra esta comunidad, tanto en Bagdad como en otras regiones del país.
Según un testigo, el kamikaze entró en la tienda funeraria y se hizo estallar cuando se distribuía el almuerzo. "He visto a 20 mártires (muertos) tirados en el suelo" declaró.
En el lugar del ataque, el suelo estaba cubierto de sangre, así como de restos de sillas de plástico, según constató un fotógrafo.
El ataque del sábado es el más sangriento en la capital iraquí desde principios de julio, cuando un atentado suicida en un barrio de comerciantes provocó más de 300 muertos.
Por otro lado, doce personas fueron abatidas el sábado en otros dos ataques, por el momento no reivindicados, al norte de la capital, según la policía.
En Malha, una zona situada al este de la ciudad de Tikrit, unos kamikazes atacaron una comisaría de policía, dejando ocho muertos y once heridos, afirmaron fuentes de las autoridades.
En Ishaqi, dos hombres mataron a balazos a la esposa y los tres hijos de un jefe de una tribu local, antes de inmolarse cuando estaban siendo rodeados por las fuerzas iraquíes.
El EI pierde terreno
El grupo EI se apoderó en 2014 de vastas regiones en el territorio iraquí.
Con la ayuda de la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington, las fuerzas armadas iraquíes han ido ganando terreno al EI y buscan ahora reconquistar Mosul, en el norte, bastión de los yihadistas en el país.
Esta operación debe llevarse a cabo en los próximos días y es considerada como una de las más complejas en la lucha contra el grupo extremista.
Según recientes estimaciones del Pentágono, habría en Mosul entre 3.000 y 4.500 combatientes del EI.
"Se han completado todos los preparativos para la batalla en vista a la liberación de Mosul", afirmó el sábado en Twitter el líder del Kurdistán iraquí, Masud Barzani. "Es el momento de que la liberación de Mosul empiece".
Turquía, que envió a cientos de militares a una base de la región para que entrenaran a voluntarios sunitas para la batalla de Mosul, parece mantenerse al margen de los preparativos orquestados por Bagdad.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país presentaría el sábado en Lausana (Suiza), donde se celebró una reunión internacional sobre Siria, una propuesta de participación en la ofensiva.
El viernes, amenazó con recurrir a un "plan B" si no se implicaba al ejército turco en la operación.
Según la ONU, la ofensiva podría desencadenar una crisis humanitaria de gran amplitud teniendo en cuenta el importante número de civiles que vive en la ciudad.
La ONU calcula que los combates podrían dejar un millón de personas desplazadas.
La reconquista de Mosul no será sin embargo el final de la guerra contra el EI, que posee aún importantes territorios en Irak y Siria, y es capaz de recurrir aún más a los ataques suicidas a medida que pierde terreno.
Updated: octubre 15, 2016 08:30 p. m.