Doce pacientes salieron de Guta Oriental para ser trasladados a hospitales en Damasco. Al CICR le preocupa que los menores sean usados como “moneda de cambio”.
Un corresponsal en Duma, la gran ciudad de Guta, vio en una de las ambulancias a Abdel Rahman, un bebé de siete meses, en brazos de su madre y conectado a un aparato de respiración asistida.
Mientras, un trabajador de la ambulancia intentaba sacarle una sonrisa a un niño de menos de un año antes de dejarlo en el vehículo.
"La mayoría padece cáncer, enfermedades crónicas y enfermedades del corazón", precisó Ingy Sedki, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja.
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En la víspera, cuatro pacientes habían sido evacuados por la Media Luna Roja siria y el CICR.
En total, 16 personas pudieron salir de la región, sitiada y presa de una grave crisis humanitaria, muchas menos de las 500 que la ONU reclama que sean evacuadas.
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Pero, con los retrasos y los bloqueos de la operación, ya han muerto 16 enfermos desde noviembre.
Alrededor de 400.000 habitantes de Guta Oriental están atrapados en la región, al este de Damasco, que las tropas del régimen de Bashar Al Asad asedian desde 2013, en medio de una grave escasez alimentaria y sanitaria.
Polémico acuerdo
Tanto las evacuaciones médicas como la llegada de ayuda humanitaria en Guta Oriental sólo pueden efectuarse con la autorización del régimen sirio, que, con el apoyo militar de Rusia e Irán, logró retomar el control de la mayoría de los territorios conquistados por los rebeldes.
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Según el grupo rebelde de Guta, Jaish al Islam, se firmó un acuerdo con el régimen de Al Asad para que estas evacuaciones pudiesen desarrollarse.
"Hemos aceptado la liberación de cierto número de prisioneros a cambio de la evacuación de los casos humanitarios más urgentes", precisó.
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Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el acuerdo entre los rebeldes y el régimen contó con el respaldo de Turquía, que apoya a los rebeldes.
Veintiséis personas detenidas por Jaish al Islam fueron así liberadas en virtud de este pacto a cambio de la evacuación de enfermos.
Por su parte, el jefe del grupo de trabajo humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland, se mostró crítico con el acuerdo.
"No es un buen acuerdo si intercambian niños enfermos por detenidos. Eso significa que los niños se han convertido en una moneda de cambio en esta feroz lucha", declaró a la BBC.
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"Esto no debería ocurrir. [Los enfermos] tienen derecho a ser evacuados y nosotros tenemos la obligación de evacuarlos", añadió.
Último bastión de la rebelión cerca de Damasco, Guta forma parte de las cuatro "zonas de distensión" definidas en marzo por Rusia e Irán, aliados del régimen, y por Turquía, que apoya a los rebeldes, para intentar llegar a un alto el fuego en Siria.
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Sin embargo, el régimen intensificó recientemente sus bombardeos en esas áreas.
Sobre el terreno, el ejército sirio avanzaba este jueves a las puertas de la provincia de Idlib, la única que sigue escapando a las tropas del régimen en todo el país, informó el OSDH.
Este avance podría ser un signo de una futura ofensiva de mayor envergadura en esta provincia del noroeste y fronteriza con Turquía.
Desde 2011, la guerra de Siria ha dejado más de 340.000 muertos y millones de desplazados.
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