Haití tiene una población de alrededor de 11 millones de personas y la propagación de la pandemia ha superado su capacidad de respuesta.
“Los pacientes llegan aquí un poco tarde, cuando ya están muy débiles. Eso es muy preocupante. Para ofrecer asistencia debe presentarse con suficiente tiempo. Si no se respeta ese límite de tiempo, se vuelve más difícil, sobre todo para los pacientes de mayor riesgo”, Erneau Mondesir, del equipo de Médicos Sin Fronteras.
Muchos haitianos no quieren hacerse la prueba pues aseguran que hay un estigma asociado al coronavirus, además de la desconfianza hacia las autoridades. Algunos creen que el gobierno está mintiendo sobre el virus para obtener fondos de ayuda y temen un tratamiento negligente en caso de ser hospitalizados.
“La gente aquí niega la existencia de la pandemia. No lo creen. Los que creen tienen a alguien cercano a ellos infectado. Las mascarillas no se usan regularmente. También necesitamos tener más distanciamiento social”, agrega Mondesir sobre la problemática cultural alrededor de la pandemia.
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Muchos pobladores creen que la situación del COVID-19 es mucho peor y que el número de muertos puede ser mayor a los 100 registrados oficialmente. Hasta ahora, Haití ha confirmado solo 5,722 casos en todo el país.