La frenada en seco de un bus que recorría las calles de Genova, Italia , ocasionó una tragedia. Una madre que llevaba su bebé recién nacido en brazos lo aplastó, sin querer, contra un soporte metálico.
El accidente ocurrió el pasado 28 de octubre y desde esa fecha el niño, de apenas 26 días de nacido, estaba recluido en tratamiento por las graves lesiones que sufrió.
Después de algo más de un mes, la semana pasada el hospital donde lo atendían explicó que los esfuerzos para salvarle la vida habían sido en vano. Durante el tiempo internado fue sometido a sedantes para que el dolor calmara.
Finalmente, "durante la última semana se produjo un empeoramiento progresivo de las condiciones generales, hasta su muerte", dijeron en un comunicado.
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El doloroso episodio llegó a conocimiento del alcalde de Genova, Marco Bucci, quien expresó las condolencias a los allegados. “Con
profundo dolor quisiera abrazar a la familia del pequeño que murió en el Hospital Gaslini a raíz del trágico accidente”, consignó La Repubblica
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