
El cónclave para eligir al sucesor del papa Francisco empieza este miércoles 7 de mayo del 2025, con la expectativa de qué corriente de la iglesia católica tomará las riendas del Vaticano. Mientras se ultiman los detalles de este encuentro clave, que tiene reuniones previas que ya se llevan a cabo, en el mundo hay revuelo por las acciones del cardenal Juan Luis Cipriani frente al féretro de Jorge Bergoglio, quien fue sepultado el pasado sábado.
El peruano Cipriani, quien llegó a ser el religioso más influyente de su país, se paró frente al féretro del papa Francisco, con una mirada seria y manos entrelazadas. Conocido por ser el arzobispo de Lima y primer purpurado del Opus Dei, del lado más conservador del clero, su vida cambió cuando fue acusado de abusar de un adolescente hace cuatro décadas. Este hecho ha sido negado por el sacerdote en varias oportunidades.
Por esos señalamientos, el papa Francisco lo forzó en, el año 2019, a exiliarse de Perú, a no hacer declaraciones y a no llevar los hábitos o los símbolos cardenalicios, indicó el Vaticano en enero pasado. Incluso, de acuerdo con la prensa internacional, le prohibió participar en el próximo cónclave
, algo que igual no es posible porque tiene 81 años.
Lo que puede hacer Cipriani
No obstante, el cardenal Cipriani tiene acceso a las reuniones convocadas tras la muerte de Francisco. En estos encuentros, los cardenales discuten prioridades en el futuro de la Iglesia Católica y trazan el retrato de lo que será el nuevo papa.
"Cipriani y los cardenales que se lo permiten revictimizan a la víctima denunciante, lo cual es imperdonable", escribió en un comunicado la Red de Sobrevivientes de Perú. "Es un preocupante mensaje que afecta la confianza en los criterios de elección del próximo pontífice", agregó.
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El acto por el cual ahora causa revuelo su figura son las fotos publicadas en la prensa que lo muestran en la capilla ardiente en la basílica de San Pedro y la tumba papal en Santa María la Mayor, vistiendo el traje de cardenal.

Según Gareth Gore, autor de varios libros sobre el Opus Dei, lo que está haciendo Cipriani "es un acto enormemente provocador" y añadió que se trata de "una afrenta a la autoridad del difunto papa y una demostración de fuerza del ala ultraconservadora de la Iglesia antes del próximo cónclave".
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De acuerdo con Cipriani, en una carta, Francisco le permitió en 2020 "reanudar sus tareas pastorales". El Vaticano ha evitado, por ahora, las preguntas sobre este cardenal nombrado por Juan Pablo II.
Por otro lado, en las reuniones previas al cónclaves, los cardenales ubicaron el tema de los abusos entre los principales desafíos del próximo papa. Sin embargo, no está claro si Cipriani asistió, pero su posible presencia ya es una "burla" a la declaración, dijo Anne Barrett Doyle, codirectora de la ONG Bishop Accountability, que documenta la violencia clerical.

"Pone de manifiesto la desconexión entre las palabras y las acciones de la Iglesia en materia de abusos", advirtió Barrett. Cipriani fue arzobispo de Lima entre 1999 y 2019, cuando el papa aceptó su renuncia por edad pero lo sancionó.
Hoy, la supuesta víctima de Cipriani tiene ahora 58 años y escribió al papa para denunciar al purpurado en 2018. Aseguró que Cipriani lo tocó, acarició y besó cuando tenía entre 16 y 17 años. "No he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1983, ni antes, ni después", escribió el cardenal en esa carta abierta. Y denunció que "sin haber sido escuchado" y "sin que se abriera un proceso" fue sancionado.
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Con información de AFP