Unas 2.240 personas que viven en las proximidades del volcán Copahue, en el sur de Chile, comenzaron a ser evacuadas este martes, tras haberse declarado el lunes alerta roja por el peligro de que entre en erupción el macizo andino, de 2.997 metros de altitud.
Así lo confirmó Víctor Lobos, intendente de la región del Bío Bío, quien precisó que a las 07.00 hora local (11:00 GMT) comenzó a movilizarse personal del Ejército encargado de la evacuación, con apoyo de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI), además de funcionarios municipales.
La medida alcanza a quienes habitan en un radio de 25 kilómetros en torno al volcán, situado a unos 570 kilómetros al sur de Santiago, en el sector del Alto Bío Bío y junto a la frontera con Argentina.
Los pobladores evacuados, en su mayoría pequeños agricultores y ganaderos pehuenches (gente de la cordillera en mapudungun, el idioma mapuche), serán instalados temporalmente en albergues habilitados en algunos poblados situados fuera de la zona de riesgo.
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Según el intendente Lobos, la evacuación es obligatoria para mujeres y niños, que suman unos 1.600, mientras los hombres serán autorizados para regresar cada 48 horas a sus casas, dependiendo de la actividad del volcán, para alimentar a sus animales.
Las familias afectadas por la evacuación, que tardará 48 horas, poseen en conjunto unas 21.000 cabezas de ganado bovino y ovino, además de aves de corral y otros animales domésticos, señaló Lobos, en declaraciones desde la zona a radio Cooperativa.
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Agregó que cada cuatro días se evaluará la situación con vistas al eventual regreso de los pobladores a sus hogares.
Durante la madrugada del martes, declinó el temporal de lluvia y nieve que afectó el lunes a la zona para dar paso a precipitaciones más débiles que posibilitaron el comienzo del operativo, dijeron las autoridades.
La alarma respecto del volcán Copahue surgió tras detectarse, por parte del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) un proceso eruptivo menor, con un promedio de 455 sismos de baja intensidad cada hora.
El último informe del Observatorio Vulcanológico de los Andes del Sur (Ovdas) dependiente del Sernageomin dio cuenta de un descenso de la sismicidad asociada al volcán, aunque el proceso eruptivo (liberación de energía) se mantenía en aumento.
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