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El papa León XIV ofició este viernes su primera misa en la Capilla Sixtina ante los cardenales que le eligieron la víspera con zapatos negros, al igual que los usó Francisco en su pontificado y abandonando también la tradición de los zapatos rojos de los anteriores pontífices. En la primera misa del primer papa estadounidense, Robert Francis Prevost, el canto inicial y las oraciones fueron en latín, pero las dos primeras lecturas fueron en inglés y español, los idiomas del nuevo papa, y el salmo en italiano.
Y es que aunque Robert Prevost no usó zapatos rojos durante su primera misa como papa, sí mantuvo algunas de las vestiduras más tradicionales del sumo pontífice. Entre ellas incluyó el tradicional gorro blanco que no solo lo acompañó a él, sino también a sus antecesores como Francisco, Benedicto XVI o Juan Pablo II.
Este tradicional gorro es llamado solideo y su uso no solo se remonta a los últimos jerarcas de la Iglesia Católica, sino que lleva cerca de 800 años haciendo parte de la indumentaria de los obispos de Roma y cardenales de la misma institución religiosa. El nombre de este artículo significa, del latín, "Soli Deo" o traducido al español "solo a Dios", y es un claro símbolo de autoridad espiritual.
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Como su propio nombre lo indica, el solideo solo puede ser retirado cuando el papa está frente al sagrario, cuando celebra alguno de los sacramentos eclesiásticos o en el momento en el que lleva a cabo el prefacio de la plegaria eucarística, como un claro signo de respeto ante Dios, quien se hace presente en estos momentos específicos.
Los cardenales u obispos también suelen usar el solideo, solo que el de ellos suele ser de color rojo o violeta. Incluso, cuando saludan al papa se retiran este artículo de sus cabezas como señal de respeto y luego se lo vuelven a poner. Esto, debido a que los sumos pontífices son, acorde con la tradición católica, los sucesores de Pedro y, por tanto, los encomendados directos del trabajo que dejó Jesucristo en la tierra.
Alrededor del mediodía en Colombia y las 7:00 p.m. en el Vaticano, el nuevo pontífice se mostró por primera vez al público desde el balcón de la Basílica de San Pedro durante la tarde del pasado jueves 8 de mayo. Su rostro reflejaba una emoción palpable al encontrarse con la multitud reunida. El ambiente estuvo cargado de entusiasmo, con aplausos, vítores y banderas al viento. Su saludo inicial fue corto, pero lleno de significado: "La paz esté con todos ustedes".
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En su primer mensaje como Papa, León XIV dijo: "Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el buen pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en su corazón, alcanzara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!".
De la misma manera, el nuevo Papa hizo un llamado a la armonía y la colaboración entre los seres humanos. "Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma. ¡El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua! Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! ¡Estamos todos en las manos de Dios! Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!", dijo.
León XIV también expresó su gratitud al colegio cardenalicio por haberlo elegido y evocó su camino espiritual: Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros. Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: 'Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.' En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado".
JULIÁN CAMILO SANDOVAL
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