Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
La ONU y la Cruz Roja expresaron su alarma este viernes ante los inquietantes informes de ejecuciones, violaciones colectivas y secuestros tras la caída de la ciudad de El Fasher, en el oeste de Sudán, en manos de los paramilitares. La toma de El Fasher ocurrió tras 18 meses de asedio de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y marca un punto de inflexión en la guerra civil iniciada en abril de 2023. Desde entonces, Sudán es escenario de un conflicto entre el general Abdel Fatah al Burhan, comandante del ejército regular y líder de facto del país desde el golpe de Estado de 2021, y el general Daglo de las FAR.
El Fasher quedó aislada de todas las comunicaciones desde su caída, pero la Oficina de Derechos Humanos de la ONU dijo que tuvo conocimiento de atrocidades cometidas contra personas "aterrorizadas" que llegaron a la cercana ciudad de Tawila. "Recibimos relatos horrendos de ejecuciones sumarias, asesinatos en masa, violaciones, ataques contra trabajadores humanitarios, saqueos, secuestros y desplazamientos forzados", declaró el portavoz Seif Magango.
La oficina también recibió videos "impactantes" y otras imágenes que mostraban "graves violaciones del derecho internacional humanitario y violaciones flagrantes de los derechos humanos", indicó a los periodistas en Ginebra, desde Nairobi. Las FAR afirmaron que varios combatientes acusados de abusos durante la toma de El Fasher fueron detenidos.
Para analizar la crisis, Noticias Caracol en vivo conversó con Myriam Laroussi, coordinadora de Médicos sin Fronteras (MSF) en Sudán, quien confirmó que, según las informaciones recibidas de la población local, más de 400 personas murieron en un asalto al hospital. La coordinadora lamentó que "la misión humanitaria o la misión médica nunca ha sido respetada" en este conflicto.
MSF se vio obligada a dejar de trabajar en El Fasher en agosto de 2024 debido a la inseguridad para sus equipos. Actualmente, la organización apoya al hospital de Tawila, una ciudad a 60 km de El Fasher, donde están llegando miles de personas que huyen de la violencia. La situación de la salud en general es una "catástrofe". Laroussi indicó que entre el 60% y el 80% de los hospitales en las zonas más afectadas no funcionan o funcionan de manera muy limitada y que la falta de medicamentos y de personal suficiente para atender a los pacientes es una constante.
En ese contexto, además, la salud mental de las comunidades, especialmente madres y niños, se ha visto gravemente afectada. Laroussi describió un nivel de trauma altísimo. El constante movimiento de familias de un sitio a otro implica que la gente no tenga tiempo para recuperarse o entender lo que sucede: "Es un trauma que se suma a un nuevo trauma".
Publicidad
Ante la ausencia de un Estado funcional y de una presencia internacional efectiva, Laroussi reiteró el llamado de MSF al respeto de los principios humanitarios y a la protección de la población civil y de la misión médica. La coordinadora, quien lleva unos meses en Sudán, relató que lo que más le ha impactado es "este sentimiento de que lo que pasa en Sudán no cuenta". Para ella, la crisis es masiva y los números de personas que sufren son abrumadores, pero "no se oye nada afuera de Sudán". Laroussi concluyó que su motivación para quedarse radica en la importancia de que la población en Sudán sepa que hay gente a su lado, y que "cuenten para algo".
NOTICIAS CARACOL