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Culiacán, bajo las balas y el miedo: así fue la jornada de horror por captura de Ovidio Guzmán

Como si fuera una película, en esta ciudad mexicana hubo balaceras, robo y quema de vehículos, saqueos y un gran sentimiento de indefensión. Este viernes, los habitantes de Culiacán tratan de retornar a la normalidad.

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Los habitantes de Culiacán, México, y de los municipios aledaños aún no se reponen del horror vivido desde la madrugada del jueves y prácticamente durante toda la jornada. Hubo quienes pudieron documentar con sus celulares los embates del crimen organizado por la captura de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del ‘Chapo’ Guzmán.

Apenas se empezaba a escribir la historia del jueves negro, los narcobloqueos en Sinaloa marcaban tendencia en las redes sociales

En cuestión de segundos se volvieron virales las imágenes de camiones y vehículos quemados en Ahome, Los Mochis, Navolato, Guasave, pero sobre todo Culiacán. Eran unidades arrebatadas por los sicarios de Ovidio.

"Gente en dos carros, gente armada, encapuchada y se lo quitaron y se lo llevaron y al rato regresaron por otros pocos, que ahí es donde fue el mío", comentó un hombre al que le quemaron su vehículo.

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A los celulares de los desprotegidos habitantes, llegó un mensaje del jefe Policía de Sinaloa.

"Se están presentando diferentes bloqueos en toda la ciudad, ahorita la invitación a la ciudadanía es que, si no tienen a nada que salir, no salgan”, comentó Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa.

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Mientras la ciudad estaba a merced de los sicarios, el gobernador Rubén Rocha Moya, a través de su cuenta de Twitter confirmaba solamente que las fuerzas federales habían implementado un operativo en Jesús María sin dar más detalles. Pero en los reportes internos trascendía la detención de Ovidio guzmán, hijo del ‘Chapo’.

Las horas transcurrían y la vida en esa zona estaba paralizada. Las calles permanecían vacías, sin un alma, sin un municipal, sin un estatal, ni mucho menos un federal; todos en total indefensión.
Los aeropuertos de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis cancelaron operaciones, pues ni los pasajeros estaban seguros. El puerto aéreo de Culiacán tenía presencia criminal.

Un vuelo que saldría a la ciudad de México recibió disparos justo cuando se preparaba para el despegue.

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Hubo también víctimas colaterales en las carreteras, corridas de autobuses varados por los narcobloqueos.

La irrupción criminal paralizó la atención médica en hospitales y clínicas del IMSS de Guamúchil y Culiacán.

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Y como las fuerzas del orden continuaron agazapadas, vino la rapiña en tiendas departamentales y otros negocios. Bicicletas con ataúdes, camiones con mercancía saqueados y refrigeradores en autos eran las imágenes difundidas.

Al final del día, las redes seguían dando cuenta del caos generalizado y la ausencia de la autoridad.

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