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La ciudad de Pavlovsk, ubicada en el distrito Púshkinski de San Petersburgo, Rusia, fue escenario de una tragedia que conmocionó al mundo de los deportes extremos. Elizaveta Gushchina, una reconocida atleta de salto con cuerda —también conocido como bungee jumping— falleció al caer de un torre de 90 metros de altura. La deportista, de 44 años, estaba celebrando su cumpleaños y había acudido al lugar junto a su hijo, quien presenció el fatal accidente.
Según informó el canal ruso REN TV, Gushchina era una saltadora experimentada que había compartido en sus redes sociales decenas de videos de sus prácticas extremas. El canal detalló que la mujer había realizado ya varios saltos exitosos en la jornada, pero después de volver a subir a la cima de la torre con ayuda de su hijo, buscó tomarse una fotografía y resbaló con una tabla mojada. “Una vez en la altura, la mujer volvió a atar la cuerda, pero no preparó el equipo para el salto. Se acercó al borde solo para tomar una foto, pero resbaló accidentalmente y cayó. No pudieron salvarla”, señaló el medio ruso.
El lugar donde ocurrió el accidente, conocido como el Tubo Pavlovskaya, es considerado el punto más alto para saltar en San Petersburgo. La atracción consiste en una caída de tres segundos desde un balcón a 88 metros de altura, por un costo de 4.000 rublos rusos. Se trata de una práctica popular entre los aficionados a los deportes extremos, aunque las autoridades han advertido sobre su peligrosidad.
Un video minutos antes del accidente, divulgado por medios locales y analizado por REN TV, muestra a Gushchina en la cima de la torre mientras se despide con la frase: “Nos vemos abajo”. En la grabación, la deportista aparece al borde de una chimenea de la sala de calderas abandonada de la torre, donde ya había realizado saltos previamente.
De acuerdo con la información del Comité de Investigación de San Petersburgo citada por The Voice Mag, la mujer “tras completar el salto, subió a la tubería para tomarse una foto, donde resbaló y cayó desde una gran altura. Las lesiones que sufrió fueron mortales”. El accidente ocurrió el sábado 30 de agosto, justo el día en que Gushchina celebraba un año más de vida. Según el medio digital Holod, la atleta había cumplido 45 años un día antes de la tragedia y había querido festejar con una jornada de saltos en la famosa torre.
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Elizaveta Gushchina no solo era conocida en la comunidad de deportes extremos, sino que también era madre de dos hijos. Su hijo mayor, Nikita, de 22 años, compartía con ella la afición por el bungee jumping y, conforme conoció Daily Карелия, fue él quien la ayudó a subir a la cima de la torre con un cabrestante en los momentos previos al accidente. “La madre falleció delante de su hijo de 22 años, quien comparte su pasión por el salto”, detalló el portal.
La deportista llevaba cerca de cinco años practicando saltos de cuerda y era miembro del equipo 23BLOCK, un club dedicado a organizar este tipo de actividades extremas. “Llegó con su equipo a una central térmica abandonada y saltó”, señaló Mijaíl Erkin, líder del grupo, en declaraciones a The Voice Mag.
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El propio equipo 23BLOCK confirmó la muerte en sus redes sociales. “Ayer, en circunstancias trágicas, falleció Liza, saltadora experimentada y madre de dos hijos. Elizaveta Gushchina, junto con su hijo Nikita, forma parte de nuestro equipo deportivo. Todo el equipo está de luto por esta pérdida. Es una gran tragedia para nosotros”, escribieron en el grupo en su página oficial.
La noticia generó una ola de reacciones entre amigos, compañeros y familiares. El excompañero sentimental de Gushchina la recordó como “una muy buena persona, una chica maravillosa. Estuvimos juntos, éramos muy unidos. Es una buena madre, tiene una hija y un hijo ya adulto. Tiene su propio taller de costura”, declaró al medio 78.ru.
Mijaíl Erkin, director general del club de saltos en Pavlovsk, aseguró que aquel día la mujer no había contratado ningún servicio comercial, sino que utilizó su propio equipo. “No compró nada, no hubo ninguna compra comercial. Es una gran tragedia para todos nosotros, estamos muy tristes”, afirmó en entrevista con REN TV.
El equipo de saltos describía la experiencia desde la torre como una “caída larga con un agarre suave” y ofrecía la posibilidad de lanzarse tanto para principiantes como para deportistas experimentados. “El salto se realiza desde un balcón a 88 metros. Al saltar desde el tubo, la caída es larga y suave. La profundidad de la caída es de unos 65 metros, lo que supone un vuelo de 2 a 3 segundos”, explicaron los organizadores a Holod.
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La sala de calderas abandonada donde ocurrió el accidente pertenece a un empresario local que la alquila, aunque el terreno no tiene cámaras de seguridad y cualquier persona puede ingresar, según reveló REN TV. Esto ha puesto bajo la lupa las condiciones de seguridad en torno a estas prácticas.
La fiscalía y el Comité de Investigación de San Petersburgo ya examinaron el lugar y abrieron una investigación formal para determinar si se trató de un accidente mortal o de una violación de las normas de seguridad. Por ahora, no se ha establecido responsabilidad directa de los organizadores, pero las autoridades mantienen abiertas todas las líneas de investigación.
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LAURA NATHALIA QUINTERO ARIZA.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.