Mientras el país encabeza la lista de más contagiados de COVID-19 en el mundo, su presidente quiere demostrarle a los demás políticos que él es el que manda.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentó zanjar cualquier polémica sobre una "reapertura" del país al indicar que esta será una decisión suya y no de los gobernadores.
"Con el propósito de crear conflictos y confusión, algunos medios de noticias falsas están diciendo que es decisión de los gobernadores abrir los estados y no del presidente de EE.UU. y del Gobierno federal", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
"Que se entienda completamente que esto es incorrecto -sentenció-. Es la decisión del presidente y por muchas buenas razones".
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Pese a estas palabras, el gobernante matizó su mensaje y destacó que su Administración está trabajando "estrechamente" con los gobernadores, situación que -anticipó- "continuará".
"Una decisión mía, en conjunto con los gobernadores y el aporte de otros, se tomará en breve", remató sin mayores detalles.
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Las palabras de Trump coincidieron con la iniciativa de varios gobernadores demócratas que, sin esperar directrices del Gobierno federal, se han unido para elaborar planes conjuntos que les permitan retomar la actividad económica con el menor riesgo para la salud y de contagios.
En la costa este, Nueva York y otros cinco estados anunciaron que elaborarán un plan conjunto para retomar la vida social y reactivar la economía de manera segura, gradual y coordinada para evitar un repunte de infecciones por el coronavirus.
Se trata de Nueva Jersey, Connecticut, Pensilvania, Delaware, Rhode Island y Nueva York, seis estados que, como subrayaron sus gobernadores en una rueda de prensa telemática, son vecinos y se encuentran estrechamente conectados.
En este sentido, el gobernador de Connecticut, Ned Lamont, hizo mención al "corredor" de transporte que conecta especialmente Nueva York, Nueva Jersey y su región, y explicó que los principales focos de expansión del virus están vinculados con las vías de comunicación que unen los tres estados.
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En "el corredor formado por la carretera Interestatal 95 y el tren (Metro North) tenemos cientos de miles de personas que continuamente vienen y van entre Nueva York y Connecticut. Es un corredor de comunicación pero también es el corredor del COVID-19 y es por eso por lo que es tan importante que trabajemos juntos en esto", dijo.
"Al virus no le importan las fronteras estatales y a nosotros tampoco", declaró por su parte la gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, que, como el resto de responsables políticos, todos ellos del Partido Demócrata, alabaron el "liderazgo" de su homólogo de Nueva York, Andrew Cuomo, por consolidar esta iniciativa.
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Mientras en la costa oeste de EE.UU., los gobernadores de California, Oregón y Washington informaron de un acuerdo similar para trabajar de forma compartida la estrategia de lucha contra el coronavirus causante del COVID-19 y buscar fórmulas para reabrir la economía de la región, indicó la oficina del responsable californiano, Gavin Newsom.
Los tres estados se comprometieron en actuar en "estrecha coordinación y colaboración" para garantizar que el virus no se "propague de manera salvaje" en la zona y tener enfoque compartido para reabrir sus economías.
"Necesitamos ver una disminución en la tasa de propagación del virus antes de la reapertura a gran escala, y trabajaremos en coordinación para identificar las mejores métricas para guiar esto", explicaron.
Trump había vaticinado a finales de marzo que el país podría volver a la normalidad el 12 de abril, fecha que coincidió este año con el Domingo de Pascua, pero tuvo que posponer esta decisión y prorrogar hasta el 30 de este mes las medidas para combatir el coronavirus, ante su propagación y la opinión contraria de los expertos.
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Con buena parte del país confinado, la economía estadounidense -cuyas buenas cifras eran exhibidas por Trump como el principal logro de su Administración- ha sufrido un gran impacto por esta crisis sanitaria.
En apenas 21 días, casi 17 millones de trabajadores se han quedado sin su puesto de trabajo. De cifras de cercanas al pleno empleo, la tasa de desocupación en EE.UU. escaló a 4,4 % en marzo, la mayor desde 2017 en el país.
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La economía estadounidense perdió igualmente en marzo pasado un total de 701.000 puestos de trabajo.
Y mientras Trump, que en noviembre se jugará su reelección, cuenta los días para retomar la normalidad, el mensaje de las autoridades sanitarias es de un "cauto optimismo", dijo el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en inglés), Anthony Fauci.
En una entrevista, Fauci estimó que la cuarentena podría levantarse parcialmente "quizá el próximo mes", sin comprometerse con una fecha exacta.
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