Los habitantes de Tawau, una pequeña ciudad en Malasia, no salen del asombro tras conocer el caso de un hombre de 60 años que fue devorado por un cocodrilomacho que medía más de 4 metros.
Según la información revelada por The Sun, la víctima mortal de este hecho fue identificada como Addi Bangsa. Precisamente, sus familiares lo habían reportado como desaparecido, pues desde hace 4 días no tenían pistas sobre su paradero.
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Al frente del caso se puso el Departamento de Vida Silvestre de Sabah. Ellos recibieron un reporte que afirmaba que un cocodrilo había devorado al hombre. En ese momento, las autoridades se dieron a la tarea de buscar al reptil.
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Cuando lo encontraron, procedieron a disparar y acabar con su vida. Posteriormente, abrieron el cuerpo del animal y encontraron los restos del hombre que estaba desaparecido. Lo más trágico de este hecho es que este proceso se llevó a cabo en presencia de los familiares del sujeto de 60 años.
Según Jemishin Ujin, jefe de los bomberos de Tawau, los restos del hombre fueron llevados a estudios en los que se confirmó su identidad.
Ataques de cocodrilos
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Los cocodrilos son considerados peligrosos para los seres humanos debido a su tamaño, fuerza y naturaleza depredadora. Son reptiles grandes que habitan en áreas acuáticas, como ríos, lagos y pantanos.
Los cocodrilos pueden crecer hasta tamaños impresionantes, dependiendo de la especie. Su tamaño combinado con una mandíbula poderosa les permite ejercer una fuerza extremadamente alta en sus mordeduras, lo que puede ser fatal para las presas, incluidos los humanos.
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Estos reptiles son carnívoros y están adaptados para cazar y atrapar presas, incluidos mamíferos y aves que se acercan al agua.
La especie es muy territorial y puede ver a los humanos como intrusos de su hábitat natural. Si se sienten amenazados, pueden atacar para defender su territorio.
Los cocodrilos a menudo acechan en el agua y se camuflan muy bien, lo que puede hacer que sean difíciles de detectar, especialmente en aguas turbias o en la oscuridad.
En cuanto a la frecuencia de los ataques a humanos, varía según la ubicación geográfica y la cantidad de interacción entre humanos y cocodrilos.
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Los ataques de cocodrilos a humanos son más comunes en regiones donde las poblaciones humanas viven en estrecha proximidad a hábitats de los reptiles y donde el acceso al agua es frecuente, como áreas rurales cercanas a ríos y estuarios.
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