Hace un año, el argentino Jorge Mario Bergoglio fue investido como la principal figura de la Iglesia católica, que según cuentas del Vaticano cuenta con 1.400 millones de fieles en el mundo.
Fue la primera vez en la historia que se elegía un papa por fuera del territorio europeo, por lo que las expectativas sobre sus primeras palabras eran enormes.
Tras las declaraciones de rigor, como los agradecimientos al colegio cardenalicio y a su antecesor, el cardenal de provincia hizo una petición insólita: les solicitó a los feligreses que oraran por él.
"Hagamos en silencio esta oración de ustedes para mí", aseguró. Luego de que la multitud cumplió con ese cometido, Francisco les dio la bendición.
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La inusual declaración causó extrañeza, por el hermetismo y sobriedad que caracterizan del alto clero. Sin embargo, con el más fino humor gaucho, Bergoglio remataría, tres días después: "Que Dios os perdone por lo que habéis hecho", le dijo a los cardenales que lo eligieron, durante una cena en la residencia de Santa Marta.
Visión crítica
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Desde entonces, el caudal de frases no ha cesado, en ocasiones refrendando los supuestos del pensamiento religioso de occidente, mientras que en otras ha causado revuelo y marcado distancia con sus antecesores. (Conozca sobre la publicación que reúne las frases y acciones del papa Francisco )
En la encíclica Evangelii Gaudium, Francisco presentó un juicio severo sobre la economía global. "El dinero debe servir, no gobernar", sentenció en su primera exhortación apostólica.
En el mismo documento en una inédita autocrítica a la Iglesia sostuvo: "Prefiero una Iglesia herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y las comodidades, preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos".
Pero el papa fue más allá y sintetizó la tragedia de manera magistral: "No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa", dijo.
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Mea culpa
Otro momento estelar, que significó un giro trascendental en la visión de un sucesor de San Pedro sobre asuntos álgidos lo protagonizó Francisco durante su viaje a Brasil, a más de 12 mil pies de altura.
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"Si una persona homosexual tiene voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla", señaló Francisco, ante una nutrida comitiva de periodistas que lo acompañaban.
El argentino se ha pronunciado, además, en temas que comprometen a servidores religiosos que se sobrepasan con niños.
"Oraré por cada una de las víctimas de los abusos sexuales y sus familias", prometió durante un encuentro con las familias afectadas. Manos a la obra, el argentino fue más allá de las palabras y promovió y endureció las sanciones contra los pederastas al interior de la iglesia. Así mismo, conformó una comisión especial para enfrentar el fenómeno.
Otro momento memorable del pontífice fue cuando admitió haber robado en una ocasión. Reveló que en Buenos Aires en una ocasión se rindió a "ese ladrón que hay en todos" y se quedó con una pequeña cruz del ataúd de un sacerdote amigo suyo, la cual guardó como recuerdo.
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Otras frases del papa
"La Iglesia no es la niñera de los cristianos".
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"¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!".
"La guerra es el suicidio de la humanidad".
"La verdad jamás va sola, jamás. Va siempre con el amor. No hay verdad sin amor".
"La comida que se tira a la basura es el alimento que se roba al pobre".
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"¡Cuánto daño hace la vida cómoda, cuánto daño hace el bienestar! El aburguesamiento del corazón nos paraliza".
"Los obispos y sacerdotes deben ser pastores y no lobos rapaces".
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"Esa economía mata. Porque predomina la ley del más fuerte".
Las monjas deben ser "madres espirituales y no solteronas"
"Para mí es como tener al abuelo en casa, es mi papá", acerca de su antecesor, Benedicto XVI quien abdicó.