Berlín conmemora el XXV aniversario de la caída del muro que dividió la ciudad durante 28 años, consecuencia de la Guerra Fría.
"El 9 de noviembre de 1989 caía el muro de Berlín, que por tanto tiempo partió en dos la ciudad y que fue el símbolo de la división ideológica de Europa y del mundo", recordó el papa tras el rezo del Ángelus dominical.
Bergoglio abogó por una "cultura del encuentro" capaz a su juicio de "hacer caer todos los muros que aún dividen el mundo" y que impida que "personas inocentes sean perseguidas e incluso asesinadas a causa de su fe".
"Donde hay muros, hay corazones cerrados: hacen falta puentes, no muros", sentenció desde la ventana del apartamento pontificio.
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Asimismo recordó el "papel protagonista" que tuvo el pontífice y santo Juan Pablo II en los acontecimientos que derivaron en dicho hecho histórico.
"La caída se produjo de improviso, pero fue posible gracias al largo y extenuante compromiso de tantas personas que lucharon, rezaron y sufrieron para que ocurriera (...) Entre ellos, un papel importante tuvo el santo padre Juan Pablo II", recordó.
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Karol Wojtyla, de nacionalidad polaca, es considerado como uno de las personalidades de la época que propiciaron la caída del muro de Berlín, símbolo de las tensiones geopolíticas que dividieron Europa durante décadas.