El avión se estrelló este lunes, poco después de despegar del aeropuerto de Bagram, la principal base área de EEUU en el país asiático, aunque hasta hoy la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) no confirmó la muerte de los siete civiles.
"Desgraciadamente los siete tripulantes murieron cuando el avión se estrelló", afirmó un portavoz de la ISAF, Luca Carniel, que añadió que la misión militar está "investigando lo sucedido" y desconoce por el momento las causas del "choque".
"Cuando la aeronave se estrelló no había actividad insurgente en la zona", aseguró Carniel.
Como es habitual, el portavoz de la ISAF dejó en manos de las autoridades correspondientes el anuncio de la nacionalidad de las víctimas.
El portavoz talibán Abdulqahar Balkhi dijo este lunes, a través de la red social Twitter, que "los muyaidines" habían "derribado a tiros un avión de transporte de Estados Unidos y la OTAN".
La caída del aparato se produce después de que el sábado al menos cuatro militares de la OTAN fallecieran al estrellarse un helicóptero en el conflictivo sur del país asiático.
También en aquella ocasión, la ISAF explicó que las causas del accidente estaban siendo investigadas, y subrayó que "según las informaciones preliminares, no había actividad enemiga en el área" en el momento del incidente.
Ese fue el tercer siniestro relacionado con una aeronave de las fuerzas internacionales en Afganistán desde el inicio del presente mes.
A principios de abril, un piloto de la ISAF murió al caer el avión en el que viajaba y a mediados de mes otro incidente relacionado con un helicóptero causó la muerte a dos soldados extranjeros.
En Afganistán está en marcha el proceso de repliegue de las tropas internacionales, que debe concluir en 2014 si se cumplen los plazos previstos de acuerdo con un calendario de retirada que no ha frenado la actividad insurgente.