Decenas de miles de palestinos huyeron este miércoles, 8 de noviembre de 2023, del norte de la Franja de Gaza ante el avance de las tropas de Israel, que reiteró su rechazo a un alto el fuego con Hamás hasta que el movimiento islamista libere a los rehenes secuestrados hace más de un mes.
"Hoy hemos visto a 50.000 gazatíes salir del norte de Gaza hacia el sur", afirmó el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, en una rueda de prensa. "Parten porque entendieron que Hamás perdió el control del norte y que el sur es más seguro", añadió.
El éxodo de civiles hacia el sur del pequeño territorio palestino se aceleró con la intensificación de los bombardeos y combates terrestres, según observadores de Naciones Unidas.
Israel prometió "aniquilar a Hamás" en represalia por el ataque en su territorio el 7 de octubre, en el que los combatientes islamistas mataron a 1.400 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240. El Ejército israelí bombardea desde entonces la Franja, desoyendo los múltiples pedidos de tregua.
Del lado palestino, al menos 10.569 personas, también en su mayoría civiles y entre ellas más de 4.000 niños, murieron en los bombardeos israelíes, según el Ministerio de Salud del enclave, gobernado por Hamás.
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Un edificio de varias plantas destruido, con sus ventanas y puertas abiertas, albergaba, según el Ejército, una "fábrica de armas de Hamás" donde encontraron material de inmersión submarina y para fabricar drones y bombas.
Imágenes difundidas por el Ejército israelí muestran tanques avanzando entre las ruinas humeantes de Gaza, donde, según un experto independiente de la ONU, un 45% de las viviendas fueron destruidas o dañadas.
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"Tomamos la decisión de marchar porque los bombardeos eran muy intensos", dijo a la AFP Ehsan Abu Salem, mostrando a su hijo de dos meses. "Los niños y las mujeres están aterrorizados y no podíamos soportarlo más".
"Era aterrador", contó Ola al Ghul, otra mujer que huía de los combates, a la agencia de noticias AFP. "Levantábamos las manos y seguíamos caminando. Éramos tantos, llevábamos banderas blancas", describió.
Desde hace casi un mes, el territorio palestino se encuentra asediado, sin acceso a agua, comida, medicamentos ni electricidad y dependiente de los escasos convoyes de ayuda que entran por el punto fronterizo de Rafah desde Egipto.